jueves, 2 de mayo de 2013

¿El Credo en forma de preguntas y respuestas?

En ocasiones es frecuente encontrarse a sacerdotes que sustituyen la confesión de la fórmula de fe, la recitación conjunta del Credo, por la fórmula dialogada, con preguntas y respuestas. Unas veces pueden hacerlo por darle variedad a la liturgia dominical, otras veces porque la homilía se ha alargado y así abrevian con el Credo y otras... Pero, ¿se puede o no se puede hacer? ¿Tiene sentido?

Ya de entrada hay que decir que el Misal romano no lo ofrece así en ningún momento, sino que señala exclusivamente la recitación conjunta de todos, sacerdote y fieles, de la fórmula del Credo.


"67. El Símbolo o Profesión de Fe, se orienta a que todo el pueblo reunido responda a la Palabra de Dios anunciada en las lecturas de la Sagrada Escritura y explicada por la homilía. Y para que sea proclamado como regla de fe, mediante una fórmula aprobada para el uso litúrgico, que recuerde, confiese y manifieste los grandes misterios de la fe, antes de comenzar su celebración en la Eucaristía.

68. El Símbolo debe ser cantado o recitado por el sacerdote con el pueblo los domingos y en las solemnidades; puede también decirse en celebraciones especiales más solemnes.
Si se canta, lo inicia el sacerdote, o según las circunstancias, el cantor o los cantores, pero será cantado o por todos juntamente, o por el pueblo alternando con los cantores.
Si no se canta, será recitado por todos en conjunto o en dos coros que se alternan".

Y más adelante, al describir paso a paso la celebración eucarística:


"137. El Símbolo se canta o se dice por el sacerdote juntamente con el pueblo (cfr. n 68) estando todos de pie. A las palabras: y por la obra del Espíritu Santo, etc.,o que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, todos se inclinan profundamente; y en la solemnidades de la Anunciación y de Navidad del Señor, se arrodillan".

Pero, por si no queda claro, aquí traemos un artículo de Jaume González Padrós, con buen tono y humor explicándolo:

 "¿Credo bautismal sin liturgia bautismal?

Pues no, querido lector. De la misma forma que no hay boda sin novios ni entierro sin difunto, pues no hay credo bautismal (el de preguntas y respuestas) sin liturgia bautismal. Del sentido común más común. Quizás por ello es tan difícil de comprender, por lo que parece. Porque, vamos a ver, existen dos maneras de profesión de fe en nuestro rito romano. La primera en la historia, la más original, es la que surge cuando a los catecúmenos les llegaba la hora del bautismo, y, con su triple inmersión en la piscina, profesaban la fe trinitaria en respuesta a las preguntas del ministro. Y la segunda, que llegó un pelín más tarde, la que consiste en recitar todos juntos o alternando con la schola o a dos coros, «la regla de la fe con la fórmula aprobada para el uso litúrgico», es decir, el credo que llamamos «apostólico», más breve, y el que conocemos con
este palabrón impronunciable «ni-ce-no-cons-tan-ti-no-po-li-ta-no». ¡Qué dolor!

Bueno... bueno... ¡no te impacientes amigo! Ya va... ya va...

¿Quieres números, eh? Pues, hala, aquí los tienes. Léete, de nuestra amiga inseparable, la Institutio Generalis Missalis Romani (¡toma latín!) los párrafos 67 y 68. Ahí te lo cuenta con la autoridad más autorizada. Ah, el número 137 también te gustará. Podrás observar, en estos números, que no hay la más mínima referencia al credo bautismal, ya que ello sólo está previsto en la liturgia ídem. ¡Normal!
 
Concretando: ¿Es suficiente que la misa tenga alguna referencia bautismal para que propongamos a toda la asamblea el credo bautismal? Pues no. O sea que, aunque sea la fiesta del Bautismo del Señor, o el mismísssssimo día de Pascua, si no hay liturgia bautismal (que traducido significa: la liturgia de la Vigilia pascual o que se vaya a bautizar a alguien o a confirmar -por su relación con el bautismo, como nos cuenta la rúbrica de ese ritual, núms. 27 y 48), pues eso, se recita el credo como siempre, uno u otro, y tan felices.
Si es que ya de pequeñito se nos enseñaba (antes) eso de «cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa». ¡Ay... qué tiempos!"

8 comentarios:

  1. ¡Genial!!

    Yo creo que habría que ir por las calles y las plazas... y las iglesias con un ALTAVOZ.

    Hay quien utiliza esa fórmula todos los domingos, ¿por brevedad? Como si decir CREO fuera tan fácil y tan inútil y no fuera necesario "pensárselo" !!!!

    Creo, Señor, pero aumenta mi fe. Y gracias por el milagro de poder creer.

    Unidos en oración.

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    1. SIL:

      La fe siempre es don y gracia, también un desafío y un reto.

      En lo referente a la liturgia, ya sabe: el Credo en forma de preguntas y respuestas sólo cuando hay bautismos, en la Vigilia pascual y en el Sacramento de la Confirmación; fuera de esos momentos, cada domingo o solemnidad una de las dos fórmulas del Símbolo de la Fe.

      Saludos.

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  2. Hace mucho, mucho tiempo, el sentido común se encontraba tranquilamente asentado en el pensamiento del hombre cuando la subjetividad, siempre taimada y a veces dolorida, como si quisiera hacer honor a lo tópico de su género femenino se volvió loca.

    Aconsejada por el trauma, el resentimiento, el complejo, algunos más de sus congéneres y algún dolor real, tomó la decisión errónea: resolvió contratar a un general que por entonces era casi desconocido: la opinión, también del género femenino (disculpen que no utilice “generala” pero suena fatal). Su misión: sitiar al pensamiento humano y consagrar a la subjetividad como reina del hombre.

    El general opinión con sus capitanes el deseo, la espontaneidad, la rebeldía, el miedo, el desorden y el mal gusto, contrató un numeroso ejército y puso un durísimo sitio al sentido común y, aunque en su ayuda acudieron la verdad, el conocimiento y la belleza, sucesivas batallas fueron ganadas por “los malos porque eran más que los buenos” y gritaban más fuerte. Y la opinión se ha vuelto popularísima, campando la subjetividad a sus anchas.
    Pero todavía no se ha escrito "colorín, colorado, este cuento se ha acabado".

    El artículo de don Jaume, además de divertido, es una descripción real.

    Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, haz que nunca falten a tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa.




    .

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    1. Julia María:

      ¿El género literario sería parábola? Le ha salido simpática. ¡Qué mala es la "generala" opinión convocando a sus huestes! Pero hoy todo es opinión incluso en la liturgia, con lo clara que son las cosas. Además... de Derecho canónico, o de Bióetica, o de Antropología teológica, o de Biblia, escuchamos hablar embobados a los estudiosos; pero si el tema es Liturgia, todos parecen pequeños doctores pontificando, porque todos tienen "opinión" y todos son "pastoralistas". ¡Qué peligro y qué desconcierto!

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  3. Buenas tardes don Javier. Otra entrada muy interesante y didáctica,para acercarnos a la liturgia y apreciar su belleza. Un abrazo.

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    1. NIP:

      Eso deseo, que sea didáctica, formativa, que aclare y forje conceptos claros. Porque el cacao mental es tal... que cada cual actúa con su libre arbitrio erróneo.

      Un abrazo.

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  4. Padre, como creo que ya Usted sabe, no me gustan los sacerdotes "creativos". Doña Julia María ha citado al deseo, la espontaneidad, la rebeldía, el miedo, el desorden y el mal gusto, todos a las órdenes de la subjetividad. Por favor, permítame agregar la "creatividad". Bajo el imperio de la subjetividad, "la creatividad" campa por sus respetos, porque bajo ella cabe todo. Tal vez, porque parece ser, que lo que importa es lo que se siente. Pero ¿qué son los sentimientos sin la razón y sin la voluntad? Pues son lo que tenemos. Y no solo es el credo de preguntas y respuestas.
    Si, hacen más ruido, pero tengo para mi, que la VERDAD quizá prefiera el silencio. No, no creo que esto haya acabado. El final es CRISTO. Alabado sea DIOS.
    Muchas gracias por todo. Sigo rezando. DIOS les bendiga.

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    1. Antonio Sebastián:

      La creatividad que sea pastoral, en métodos, formas, misión, catequización... pero la creatividad introducida en la liturgia es más bien arbitrariedad, capricho. En el fondo, es apropiarse de algo que no es nuestro, sino de la Iglesia. Unos se apropian de la liturgia en una dirección (intimismo, devocionalismo), otros como happening, fiesta, monición inacabable, etc.

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