"Muéstrate así, hijo mío, cuando quieras practicar el ayuno; y a la hora de la abstinencia, abstén también tu lengua de palabras ilícitas.
Aleja de ti toda blasfemia y que no salgan de tu boca habladurías superfluas, porque en el día del juicio también por tus palabras ociosas deberás rendirle cuentas a Dios.
No habitúes tu lengua a maldecir a nadie, proque fue creada para bendecir y alabar al Señor.
De las cosas que ignoras no hables en una reunión, sino que las palabras oportunas salgan de tu boca cuando llegue el momento oportuno, para que todos los que te oigan te den las gracias.
De toda charlatanería modera tu lengua, para que quienes te oigan nunca se espanten y se tapen los oídos y quedes tú avergonzado delante de todos.
De lo que no te veas molestamente afectado, no discutas con acritud, ni te habitúes a esta pésima costumbre, porque lo que, de tanta rutina, se encallece, no es poco el trabajo que cuesta evitarlo"
(S. Basilio Magno, Exh. a un hijo espiritual, n. 16)
Padre, intuyo que no se puede decir más con menos. Y es tan actual, que parece escrito hoy mismo. Alabado sea DIOS. Sigo rezando. DIOS les bendiga
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