sábado, 26 de septiembre de 2020

Sentencias y pensamientos (XVII)



13. Será el Señor el que construya la casa de nuestra santidad, y que si Él no lo hace, en vano se cansan los albañiles de nuestra alma trabajando las potencias y sentidos interiores...






14. El orgullo es muy impaciente, muy precipitado, y lo quiere todo en el momento, hasta la propia santidad.



15.Sabiendo que Dios nos ama y nos ha elegido para crecer “a la medida de Cristo en su plenitud” hemos de caminar con una profunda y sencilla humildad, que incluye nuestros fracasos, nuestras infidelidades, nuestras resistencias a la Gracia, y que uno debe tener paciencia consigo mismo, porque el alma herida por el pecado original, no hace el bien que quiere y hace el mal que no quiere.





16. Quien carece de esta paciencia, se enfada consigo mismo, pierde la paz y la alegría: mejor será caminar, integrar los fallos y errores, desterrar poco a poco ese orgullo y confiará en que el Señor dará el crecimiento.




17. Las metas y el tiempo los traza el Señor, caminemos constantemente, con paciencia frente a lo que vemos que sale de nuestro corazón y que no nos agrada. Pero Dios da el crecimiento, normalmente durante la noche, cuando la semilla va creciendo sin que el sembrador sepa cómo. Y está creciendo aunque no lo veamos y nos experimentemos iguales y estancados.



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