La adoración eucarística ha sido muy recomendada por la Iglesia, por su valor litúrgico y espiritual; una gran inversión "pastoral" en parroquias, comunidades, asociaciones, cofradías, etc., será el cultivo de la adoración eucarística, los amplios momentos (horas incluso) de la exposición del Santísimo en la custodia, que permiten orar, reflexionar, contemplar, interceder.
"Porque día y noche está en medio de nosotros [Cristo], habita con nosotros lleno de gracia y de verdad; ordena las costumbres, alimenta las virtudes, consuela a los afligidos, fortalece a los débiles, incita a su imitación a todos los que a Él se acercan, de modo que con su ejemplo aprendan a ser mansos y humildes de corazón, y a buscar no ya las cosas propias, sino las de Dios. Y así todo el que se vuelve hacia el augusto sacramento eucarístico con particular devoción y se esfuerza en amar a su vez con prontitud y generosidad a Cristo, que nos ama infinitamente, experimenta y comprende a fondo, no sin gran gozo y aprovechamiento del espíritu, cuán preciosa es la vida escondida con Cristo en Dios y cuánto sirve estar en coloquio con Cristo: nada más dulce, nada más eficaz para recorrer el camino de la santidad" (PABLO VI, Mysterium Fidei, n. 37).
“La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este Sacramento de amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las graves faltas y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración” (JUAN PABLO II, Carta Dominicae Cenae, n. 3).
Atendiendo a algunos aspectos del Ritual, hemos de recordar que:
-que la adoración eucarística es prolongación de la Misa
-que
lo más importante es el silencio para adorar
-que
se pueden escoger diversos cantos eucarísticos (no sólo el Tantum ergo o el
Pange lingua)
-que
se hace genuflexión sencilla (con una rodilla) estando el Santísimo en el
sagrario o expuesto.
La adoración eucarística en las iglesias reporta grandes bienes, facilitando el encuentro cara a cara con Cristo. Si se cuida el silencio, uno puede hablar con Cristo y, sobre todo, escuchar a Cristo que habla.
¿Y esa letra que casi no se ve?
ResponderEliminarCon mayúsculas, en negrita y con admiraciones... para que se vean mejor en el silencio. Ya que no a gritos, que lo hagamos con toda el alma.
¡Gracias por recordar y revivir cosas esenciales! Y tan necesarias: ¿se calentaría el mundo de esta manera? Dios lo quiera, pues tanto lo desea.
Allí nos encontramos todos.
Saludos.
SIL:
EliminarNo sé qué ha pasado con la letra... he intentado arreglarlo ahora...
Saludos. Contestaré cuando pueda a los comentarios.
SIL:
EliminarMe parece, o quiero pensar, que el mundo tan frío lo podemos calentar desde dentro cuando dedicamos tiempo a la adoración al Santísimo e inculcamos también a otros a que vengan y adoren.
¡Entonces el mundo va cambiando!
“La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico… No cese nunca nuestra adoración”. Si Jesús, el mismo Jesús de Nazaret, apareciera en carne mortal en un sitio determinado ¿no iríamos a ese lugar para intentar verle, tocarle…? ¿No caeríamos de rodillas? ¿No nos quedaríamos sin palabras? Él está verdaderamente en la custodia.
ResponderEliminarDespierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos (de Laudes) ¡Qué Dios les bendiga!
Julia María:
Eliminar¡El está, realmente, sustancialmente presente!
Está bajo el velo de los signos sacramentales. ¡Qué no será cuando le veamos ya cara a cara en la vida eterna!
Venite adoremus!
ResponderEliminarFelicitas:
EliminarChristus est hic.
Sí, venite adoremus!! Omnes!!
Tenerlo con nosotros, como uno más, es la promesa cumplida.Alabado sea DIOS.Sigo rezando. DIOS les bendiga.
ResponderEliminarAntonio Sebastián:
EliminarCristo respondió a la petición de los de Emaús: "quédate con nosotros...", y, efectivamente, se quedó con nosotros en el Sacramento Eucarístico.
¡Qué bendición tan grande es tenerLe tan cerca!
Buenos días don Javier.
ResponderEliminar¡Qué hermosa entrada! Refresco la importancia de la adoración eucarística y el valor del silencio. Un abrazo.
xtobefree:
EliminarMe alegro que la catequesis ésta le sirva de refresco. Vivamos todos eucarísticamente y seamos para todos apóstoles de la Eucaristía celebrada y adorada.
El silencio para adorar. Pero justo cuando quiero guardarlo, algún grupo comienza con el rezo del Rosario. Alguien en una oportunidad me indicó que en una exposición del Santísimo no se rezaba el rosario, ¿cuál es su opinión?
ResponderEliminarPodría indicarme que diferencia hay en hacer una genuflexión sencilla y con dos rodillas, cuándo y cómo se deben hacer y su significado. ¿Muchas preguntas? Pedón. Sabré esperar.
María Auxiliadora:
EliminarPrimero, ¡paz, justicia y vida para Venezuela! Oremos.
Segundo: se permite rezar el rosario ante el Santísimo expuesto..., pero yo añadiría que se debe tener presente la norma de que siempre haya un amplio espacio de silencio para adorar al Santísimo.
Es un abuso exponer el Santísimo, rezar el rosario e inmediatamente dar la bendición, porque falta el silencio para adorar un buen rato.
Genuflexión sencilla es la misma que se emplea cuando se pasa a saludar al Señor en el Sagrario: la rodilla derecha en tierra con el cuerpo erguido (sin hacer extrañas carambolas... jejejeje), la doble genuflexión era ponerse de rodillas e inclinar la cabeza al pasar delante de la custodia.