martes, 23 de julio de 2013

Tentación del protagonismo en el apostolado (V)

Se impone un discerniminto, dado que este tema es más delicado. ¿Qué considerar como protagonismo? Sería aquella forma de actuar y aquel talante que mueve al sujeto a realizar las diversas tareas pastorales y de apostolado con el único fin de aparecer delante de los demás como bueno y justo, o buscando la gratificación fácil del aplauso y del reconocimiento de los demás.

Suele ser una tentación clara y evidente: lucirse, figurar, acaparar. 

Esta tentación induce a buscar tareas y apostolados que lucen y que se realizan a los ojos de todos: difícilmente se sentirá a gusto realizando actividades escondidas y humildes, sean las que sean, sino que se escabullirá o las dejará apartadas. Necesita ser visto y actúa para ser visto; desde fuera, al principio, parecerá una persona con gran fuego interior y celo apostólico, pero en cuanto las tareas apostólicas ya sean discretas u ocultas, desistirá rápido o ni siquiera las empezará. Y es que el motivo de su actuar no era sobrenatural (por puro amor de Cristo), sino por vanagloria.

Esta tentación es distinta a la humildad de realizar el apostolado o las tareas pastorales por puro amor de Jesucristo, aunque se realicen delante de los demás, y distinta de la actitud sana del quiere que el ministerio encomendado salga a flote aunque le exija más trabajo y todo lo tenga que realizar él solo. Porque la humildad le hace a uno ser muy libre, para acometer apostolados o tareas que son muy visibles o para los apostolados humildes que nadie ve... porque sólo va buscando la Gloria del Señor.
El que cede al protagonismo no busca la gloria de Jesucristo, sino su propia gloria; no busca alabar y servir a Dios, sino que lo alaban a él. Y cuando los motivos del querer y del actuar no son rectos, destruye de raíz todo germen bueno que se pudiese contener en aquel “apostolado de lucimiento y vanidad”. "El que se gloríe, que se gloríe en el Señor" (1Cor 1,31).

    El protagonismo provoca reacciones de rechazo en la comunidad cristiana, y provoca rivalidades y envidias. Es una tentación muy peligrosa para una comunidad: crea bandos y partidismos. Por eso, todo aquel que trabaja en favor del Evangelio colaborando con el ministerio pastoral y realizando el apostolado que le es propio, deberá siempre revisar el cómo de su apostolado y deberá purificar constantemente sus motivaciones, purificar el corazón, para no buscarse a sí mismo sino buscar en todo el rostro del Señor. Así se ejercerá todo trabajo por el Evangelio desde la sencillez, la humildad y la alabanza del Señor, y el bien sembrado, la semilla de la Palabra esparcida, dará fruto, que crecerá hasta la vida eterna.

"No hagáis nada por rivalidad o vanagloria; sed, por el contrario, humildes, y considerad a los demás como superiores a vosotros mismos. Que no busque cada uno sus propios intereses, sino el interés de los demás" (Flp 2,3-4).

9 comentarios:

  1. Que bien me viene leerle hoy. Esta es una meditación que he de hacerme cada día para cumplir con la misión que me me sea dada sin especular y sin afanes mundanos, gracias.
    Un saludo a todos.

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  2. No sé mucho de tareas pastorales. Intuyo que hace referencia a la vida de la parroquia. Tampoco sé mucho de eso, ni tampoco sé si lo que escribe, Padre, está referido a la vida dentro de una parroquia. Durante años he visto las parroquias desde fuera. Me da por pensar que no es fácil estar inmersos en la vida parroquial.
    En cualquier caso, lo del protagonismo es algo que infecta todo ámbito y todo entorno. Sigo rezando. DIOS les bendiga.

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  3. Lo primero: la muleta roja: “discernimiento”.

    Vamos al tema principal. Situación que quizá no se de siempre y, sobre todo, que no debería darse nunca, pero que darse ¡se da! y más frecuentemente de lo que nos gusta reconocer: la ejemplificada en 1ª Corintios. Deseo de figurar, revestido de piedad, espíritu de servicio y sonrisas, rivalidades, envidias, reparto de un inexistente “poder”, o simple combatir el aburrimiento con "ocupaciones religiosas".

    La solución se encuentra en la entrada: verse a uno mismo (el corazón) tal cual es y purificar constantemente el corazón, la intención, para no buscarse a sí mismo sino en todo la gloria de Cristo. Pero en "carne viva", sin humildad de garabato. Y, en cuanto a los laicos: nuestra brega en la calle, en la sociedad, nuestro lugar propio, es tan dura que hace desaparecer muchas de las vanidades surgidas en comunidad eclesial.

    La parte de la frase de Pablo: “sed, por el contrario, humildes, y considerad a los demás como superiores a vosotros mismos”, resulta de difícil comprensión para los que creemos que, dependiendo de como se entienda, puede no responder a la verdad; por ejemplo Montserrat Caballé es muy superior a mí en el arte del canto pero no todos mis compañeros son superiores a mi como juristas. Tampoco es de fácil comprensión para aquellos que vemos la relación entre los hombres no de superioridad- inferioridad sino como relación entre criaturas de Dios; cómo decía una entrada hace unos días: la Relación es la relación Dios y tú, y desde esa relación, el hermano, el prójimo.

    Para ti es mi música, Señor (Laudes).

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  4. Ahora el pase de muleta. Tema delicado. En un dialogo con Felicitas decía yo, de forma no muy exacta, que el término discernimiento no me gustaba; no me gusta su utilización y el énfasis que se suele poner al pronunciarlo como si se tratara de “magia potagia”. Por exagerar, más de una vez he tenido la tentación, apenas dominada, de preguntar: ¿discernir o su antónimo confundir?

    Discernir: juicio por medio del cual percibimos y declaramos la diferencia que existe entre varias cosas o hechos bajo la luz de una norma, modelo, principios, considerados con autoridad, a fin de conocer y distinguir el bien y el mal, lo mejor, lo menos bueno y lo peor. Discernir es el arte de ver, distinguir la verdad real de la aparente, lo temporal de lo eterno, lo profundo de lo superficial, las trampas de la ilusión aunque sean muy atractivas, pues el desorden del entendimiento es fuente de desorden en la voluntad.

    Supone la acogida del hecho conscientes de nuestros propios límites y prejuicios, tomando distancia de nuestras opiniones y contexto, en disposición de recibir un algo distinto a nosotros mismos. Escucha que conlleva esfuerzo, comprensión, pregunta, es decir deseo y búsqueda de objetividad y claridad. Aquí entra de lleno la revelación bíblica y el Magisterio de la Iglesia. Análisis y jerarquización de lo acogido y escuchado, causas y consecuencias. Adopción de una decisión en razón de su adecuación a la verdad y al bien, en definitiva, a Dios. Revisión y verificación, que devuelve el proceso de entender y distinguir al modo crítico. Autoevaluación, examen de conciencia en el que deseamos mirarnos como Dios nos mira y darle a Él la gloria.

    El problema se produce cuando se frivoliza sobre el discernimiento, designando como tal a cualquier otra cosa. Entonces, no me gusta y, al margen de mis gustos personales (extremo éste nada importante), la frivolización trae malas consecuencias individuales y colectivas.

    “Quéjase todo el mundo de su memoria; pero nadie de su capacidad de juzgar” (La Rochefoucauld).

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    1. Discernir es el arte de ver, distinguir la verdad real de la aparente, lo temporal de lo eterno, lo profundo de lo superficial, las trampas de la ilusión aunque sean muy atractivas, pues el desorden del entendimiento es fuente de desorden en la voluntad.Es que me ha encantado!!Julia Maria Muchas Gracias!!

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    2. De nada y gracias a vd por su amabilidad.

      Un saludo.

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  5. Julia María, la felicito por la claridad de exposición y por la lucidez de sus argumentos. Alabado sea DIOS. DIOS la bendiga.

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    1. Gracias Antonio, es vd muy amable; buenos “maestros” son los que he tenido y tengo. Dios le bendiga a vd también.

      Un saludo

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  6. Como vivo mi Fé en Cdad....veo esta tentacion cada dos por tres y las consecuencias que ella conlleva....las que por naturaleza llamamos la atencion sufrimos con esta debilidad y hasta que nos la purifica el Señor derramamos muchas lágrimas...pero ya sé a lo que ERl me llama...a hacerlo todo por El con naturalidad y ahí..sentirme y saberme muy Amada..reciba los improperios que reciba no?..
    La Paz interior no la pierdos por tontadas ya! algo habré aprendido...

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