martes, 1 de marzo de 2011

Pequeños detalles (II)

De vez en cuando parece que vamos a tener que dedicar una catequesis a los "pequeños detalles", por su utilidad, por su urgencia (¡cuánto despropósito!), por su buena acogida.

Habrá cosas que nos afecte a todos para hacerlas bien; otras serán exclusivamente de los presbíteros (u obispos) al celebrar, pero que conviene que todos las sepamos, las entendamos, conozcamos su sentido y su forma de realizarlas.

Hay "pequeños detalles" que percibo, explico, (en persona corrijo, llegado el caso); pero otros muchos se me pasarán por alto; otras veces lo que se hace bien, o yo veo clarísimo, tal vez algún lector piense que se está haciendo mal o le surja alguna duda. Aproveche tal lector para preguntar, comentar, escribir. Es la manera de arrojar luz y participar en la catequesis.

Entramos en materia.

*******

María Auxiliadora, desde Venezuela, dejaba en un comentario hace unos días una serie de preguntas.

1) "Al recibir la comunión y dirigirme a la banca, yo me siento y converso con Jesús, un sacerdote me dijo que no era necesario que me arrodillara pues llevaba Jesús en mi corazón y debía alabarlo allí".

Pues este sacerdote tiene toda la razón. De rodillas para la consagración, al iniciarse la epíclesis: destapar el cáliz y extender las manos el sacerdote sobre la oblata. Pero después de la comunión, el Misal señala que estarán los fieles sentados:

"En cambio, estarán sentados mientras se proclaman las lecturas antes del Evangelio y el salmo responsorial; durante la homilía y mientras se hace la preparación de los dones para el ofertorio; también, según las circunstancias, mientras se guarda el sagrado silencio después de la Comunión" (IGMR 43).

Así se salvaguarda, de nuevo, la unidad de posturas sin dejarlo a la devoción personal (unos sentados, otros de rodillas...).

2) "Al finalizar la comunión y llevar el copón con las hostias consagradas al sagrario las personas se ponen de pie, inclusive algunas que están muy lejos y no de frente. Muchas veces yo ni me entero pues estoy en íntima conversación con Cristo y el canto de comunión todavía se escucha.¿Cual es lo correcto si estoy sentada muy lejos del Sagrario?"

Salvo que con las rúbricas de la IGMR alguien demuestre lo contrario, nada se dice. Por tanto, se permanece sentado orando.

Cosa distinta sería un traslado solemne, en cuyo caso, estaríamos todos de rodillas: al final de la Misa en la Cena del Señor, el Jueves Santo, o la procesión para inaugurar la capilla del Sagrario en el rito solemne de Dedicación de Iglesias.

****************

El rito de preparación de los dones (así se llama, aunque para abreviar, sobre todo, sigamos llamando "ofertorio", pero el verdadero Ofertorio es la Plegaria eucarística donde Cristo -y la Iglesia con El- se ofrece al Padre), decíamos, el rito de preparación de los dones se cierra con la oración super oblata, la oración sobre las ofrendas. Para ello el sacerdote invita a orar con una fórmula:

"Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable..."

"Mío y vuestro": no "nuestro", en conjunto. No se dice "este sacrificio nuestro sea agradable..." sino "mío y vuestro".

Dos razones, una más de tipo histórico y otra de tipo teológico avalan esta fórmula y traigo aquí una síntesis apretadísima de Jungmann (El sacrificio de la Misa, pp. 722-730).

Histórico: La fórmula más antigua pedía al sacerdote oración por él mismo, "Orate pro me", para ser digno, capaz, de ofrecer digna y santamente el sacrificio. Esta fórmula evolucionó según los lugares hasta ser restringida a invitar a los ministros circunstantes.

"Mío y vuestro" es la forma en que el sacerdote u obispo que ofrece el sacrificio asociaba a los demás sacerdotes y ministros que le rodeaban en el altar. Y son los otros sacerdotes y ministros los que le respondían.

Aunque hubo momentos, en la Edad Media, en que fuera del ámbito monástico, llegó incluso a añadirse "orate, fratres et sorores", "orad hermanos y hermanas", para incluir a todos los fieles, no sólo a los ministros.

Teológico: es un significado añadido y cuanto menos sugerente. "Mío y vuestro": es la voz de Cristo. Cristo ofrece este sacrificio suyo y asocia a la Iglesia. El sacerdote aquí muestra hasta qué punto actúa in persona Christi ("mío") e invita al pueblo cristiano a asociarse a Su sacrificio ("y vuestro").

O, más sencillo, por manos del sacerdote la Iglesia ofrece al Padre el sacrificio de Cristo. A estas manos del sacerdote se incorporan los fieles: "mío y vuestro". 

¿Por qué alterarlo por "sacrificio nuestro"? Aunque sólo sea por respeto a la antigüedad de la fórmula, mejor se pronuncia tal cual.

*************

En español, el masculino incluye siempre el femenino. Es, simplemente, economía del lenguaje para no multiplicar palabras si fácilmente se puede hablar economizando y entendiéndonos todos.

El igualitarismo, que en absoluto plantea la igualdad real, se ha empeñado en un lenguaje absurdo. Desde la terminación de palabras ("presidente" no es masculino ni femenino, sino una acción; por tanto es "el presidente" o "la presidente", pero no "presidenta") hasta tener que remarcar absurdamente el "todos y todas".

La liturgia ahora, por esos aires que entran de vez en cuando y constipan a todos, está introduciendo un lenguaje que no es castellano, sino, simplemente, igualitario. Además, por si fuera poco, dicho lenguaje suena mal:

"El Señor esté con vosotros y con vosotras"
"Como hijos e hijas de Dios..."
¿Oiremos decir que somos "miembros y miembras de Cristo"?

*******************

El lenguaje de las indicaciones es siempre en imperativo. A alguien se le indica algo con la fórmula verbal de imperativo: "ven", "sube", "baja"... pero no en fórmula verbal de presente: "venimos", "subimos", "bajamos". ¿Difícil de entender?

Pues el diácono (o el sacerdote, en su defecto) indica a los fieles las posturas o los gestos en determinados momentos de la celebración litúrgica con la fórmula verbal en imperativo (para que se haga) y no la fórmula verbal en presente (como si estuviéramos narrando lo que ya estamos haciendo).

Por tanto: "daos fraternalmente la paz" y no "nos damos fraternalmente la paz".

"Inclinaos para recibir la bendición" y no "nos inclinamos para recibir la bendición".

"Podéis ir en paz" y no "Podemos ir en paz".

"Poneos en pie" y no "Nos ponemos en pie".

¡Simple lengua castellana!

*********************

Ahora, las dudas y comentarios que puedan surgir, se resuelven entre todos... Y ya iré contestando los comentarios.

30 comentarios:

  1. Pues aprovecho para preguntarle el significado de la postura del sacerdote al rezar el Padrenuestro: con los brazos extendidos y las palmas de la manos hacia delante. ¿Qué significa?.
    Gracias. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Desde Sevilla:

    Ya dimos esa catequesis aquí. Tal vez no la recuerde. Es de octubre de 2010. El enlace:

    http://corazoneucaristicodejesus.blogspot.com/2010/10/extender-las-manos-orar-in-modum-crucis.html

    Y en el blog de Religión en Libertad también la ofrecí:

    http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=11745

    Feliz día.

    ResponderEliminar
  3. Don Javier... ¿y la tendencia que observo desde hace unos años a rezar el Padre Nuestro haciendo una cadena de manos entre todos los fieles?

    El problema no es solo la postura es o no adecuada, sino la mirada que te echan si decides no sumarte a la actividad. Digamos que no parece adecuado fomentar disputas a un paso de darnos la Paz.

    Gracias :)

    ResponderEliminar
  4. Cierto Miserere. También por no fomentar disputas me he cogido de la manito a esa rueda...

    Se piensa que es un círculo de fraternidad. ¡horrible!

    El Pater noster en ese momento se reza excluisamente por la petición eucarística: "Danos hoy nuestro pan..." y ese "pan" es el Pan eucarístico.

    Sin embargo ese visión secularista de todo insiste únicamente en la "fraternidad universal", olvidando realmente al Padre y olvidando el sentido de la petición.

    De cogerse de las manitas nada. Lo único que conoció la tradición litúrgica es la extensión de las manos de los fieles in modum crucis para orar todos como Cristo, mostrando las llagas gloriosas, alzando las manos libres de iras y divisiones que señalaba san Pablo.

    ResponderEliminar
  5. Don Javier, he visto que cuando el obispo da la bendición con el libro de los evangelios, la gente se sienta inmediatamente, antes de que acabe la procesión y éste sea depositado de nuevo en el ambón. Imagino que, por lógica, habría que esperar hasta el final.

    (Con los aires que entran a veces y las modas, algunos han cogido un buen gripazo (:-))

    ResponderEliminar
  6. A mí, a menudo, cuando logro una profunda participación en la celebración de la Santa Misa, me vienen muchas ganas de rezar el Padrenuestro con la misma actitud que el celebrante, pero no lo hago, por no desentonar, aunque me encantaría hacerlo. Tengo entendido que antiguamente se oraba así.
    Bueno, un saludo a todos.

    ResponderEliminar
  7. D. Javier en una parte, gramaticalmente hablando, estoy de acuerdo totalmente con lo explicado. Nadie va a cambiar mi lengua.
    Lo que me enseñaron, de pequeña en la catequesis, y entonces había mucha más unidad que hoy en día, no lo voy a cambiar tampoco, porque me siguen gustando los sacerdotes con sotanas y las Misas en latín. Así que, sintiéndolo mucho seguiré poniéndome de rodillas despues de recibir al Señor y desde luego no le daré la mano a nadie, ni la levantaré, para rezar el Padrenuestro, como tampoco tutearé a ningún sacerdote. La catequesis que me enseñaron la llevo en mi corazón desde muy pequeñita y para mí es un gran tesoro. Detrás mía no sé que pasará, pero me da muchísima pena cómo ha cambiado todo para mal, pienso yo.

    Feliz día a todos y muchas gracias.

    ResponderEliminar
  8. Estaba pensando sobre lo que nos dijo ayer don Javier:
    "Hoy, como habéis visto, no había catequesis programada; una situación que puede que se dé más de un día. ¡Habrá que habituarse!"

    Propongo que, ya que todos no hemos hecho, como NIP el trabajo de salmón, remontándonos en el blog hasta el principio, y hay muchas cosas buenas que aún no hemos leído, le propongo a don Javier que no tenga ningún inconveniente en repetir post antiguos que considere importantes para nosotros. Así no nos quedamos sin este alimento diario al que nos estamos acostumbrando.

    ResponderEliminar
  9. Hola¡

    Con respecto a lo de darse la mano en el Padrenuestro yo lo he hecho solamente en los campamentos y alguna vez en el cate con los niños, incluso en el Junior lo hacíamos cruzando los brazos.

    Lo que si me llama la atención y suelo hacer sin saber por qué mientras rezo el Padrenuestro es poner una mano sobre la otra extendidas hacia delante, pero ya digo que nunca he sabido por qué.

    PD: Me parece genial la propuesta de aprendiz.

    ResponderEliminar
  10. D. Javier, he oído que el fiel puede comulgar de rodillas (aún no habiendo reclinatorio). Sin embargo, me consta que lugares en la que se niega la cumunión de rodillas. ¿ Qué puede decirnos al respecto? ¿ Qué es lo más idóneo? ¿lo más estético para usted? Gracias.

    Un amigo

    ResponderEliminar
  11. Hola D.Javier. Es muy interesante la entrada mirando al detalle porque nos permite saber cómo son las cosas con seguridad, el momento de levantarse o como participar de manera ordenada, obediente, acorde, afinada y conforme.

    Las etiquetas al pie de la entrada permiten traer en un instante todas las entradas a propósito con el tema del día para ampliar, refrescar,recordar y tener una visión de conjunto. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Buenas tardes D. Javier. Felicidades por esta comunidad.
    Me gustaría saber cuál es la posición que deben adoptar los fieles en los casos en que tenga lugar una procesión de entrada: ¿girados hacia la via sacra o permanecer mirando al altar?

    ¿Por qué razón en estas procesiones el celebrante principal habitualmente ya no bendice? ¿La bendición está reservada al obispo o puede impartirla todo ministro que preside?

    Gracias por todo.

    ResponderEliminar
  13. Voy a responder a algunso comentarios, porque tal vez por la noche sean demasiados para dar una respuesta precisa.

    Aprendiz:

    ¡Obran bien! Después de la bendición con el Evangeliario que da solamente el Obispo en circunstancias solemnes, no hay una "procesión" para devolver el Evangeliario al ambón:

    "Cuando el diácono asiste al Obispo, le lleva el libro para que lo bese, o él mismo lo besa, diciendo en secreto: Las palabras del Evangelio. En las celebraciones más solemnes el Obispo, según las circunstancias, imparte la bendición al pueblo con el Evangeliario.

    Por último, el Evangeliario puede llevarse a la credencia o a otro lugar conveniente y digno" (IGMR 175).

    El Evangeliario se lleva a la credencia o a otro lugar (inclusive el ambón), pero ya sin procesión ni solemnidad alguna (espero que sí con respeto, y no debajo del brazo).

    Felicitas:

    Antiguamente sí, todos los fieles extendían sus brazos con las palmas hacia delante (como la cruz) para rezarlo.

    En la nueva edición del Misal italiano (1983) se dice expresamente de
    todos los fieles: "durante el canto o la recitación del Padrenuestro, se
    pueden tener los brazos extendidos; este gesto, oportunamente
    explicado, se haga con dignidad en clima fraterno de oración".

    Además es un gesto que se ha difundido muchísimo entre los fieles.

    ResponderEliminar
  14. Capuchino de Silos:

    Más lo siento yo. Simplemente expongo las normas del Misal de uso obligatorio para todos, sacerdotes y fieles. Habrá rúbricas que nos agraden más o menos, pero son las que son y requieren nuestra fidelidad. La liturgia no es para gustos personales, por legítimos y devotos que fueren.

    ResponderEliminar
  15. Aprendiz y NIP:

    Sí, habrá que traer antiguos artículos otra vez. O hacer la voluntaria remontada del salmón, navegando archivo atrás.

    saludos.

    ResponderEliminar
  16. D Javier, una pregunta : Es necesario santiguarse a la vez que el sacerdote, cuando va a proclamar el Evangelio en la Santa Misa? Observo que hay fieles que no lo hacen.....que significado tiene, creo que es una especie de exsorcismo?, pendiente estoy de la respuesta Gracias

    ResponderEliminar
  17. Aunque con Misal Usus Antiquior de mano, y sin salir nunca del Ofertorio y del Canon Romano, he de confesar que voy a Novus Ordo casi siempre.

    Por eso, algunas preguntas legítimas:

    a.-¿Es realmente opcional elegir entre el Credo de tradición romana ("Apostólico") y el Credo Niceno o hay reglas al respecto? Básicamente porque no es lo mismo el uno que el otro, ni mucho menos.

    b.-El Padre Nuestro rezado íntegro por todos ha devenido no sólo en un sinnúmero de abusos (canciones que supuestamente lo "glosan") sino también en una pérdida notable del papel del sacerdote actuando "in persona Christi".
    Sabido es que en el Rito Romano lo reza el sacerdote solo y es respondido con "sed liberanos a malo" y que en el rito hispanomozárabe lo reza el sacerdote y es respondido por "Amén" (melodía oficial IV del Paternoster en el Misal Novus Ordo de España, por cierto).
    Está claro que el Padre es Padre de todos, pero particularmente lo es de Jesucristo y por eso tiene todo el sentido que lo rece el que actua in persona Christi. Por analogía también al ofrecimiento del Sacrificio.

    c.-¿La Plegaria Eucarística I, que apenas se usa, tiene días especialmente asignados?

    d.-¿Cuándo debe cantarse el Introito en el Novus Ordo? ¿En la procesión de entrada?

    e.-Las partes de la Plegaria Eucarística que están musicalizadas deben ser cantadas, sin embargo ningún sacerdote suele hacerlo. Tampoco el Prefacio.

    ...........................

    Me alegro, por otro lado, que la acusación de "rubricistas" vertida durante décadas sobre los que adhirieron y adhieren al Usus Antiquior haya desaparecido de la boca de sacerdotes como D. Javier. Ahora lo que falta es que desaparezca también la acusación de "retrógrados que quieren una estética barroca".
    El Misal de Trento tuvo su propia degneración: la estética barroca.
    Igualmente la Sacrosanctum Concilium tuvo su propia degneración: la Imposición Paulina del nuevo Misal.

    ResponderEliminar
  18. Un amigo (anónimo):

    Vayamos a la IGMR.

    "Después el sacerdote toma la patena o el copón y se acerca a quienes van a comulgar, los cuales de ordinario, se acercan procesionalmente.

    No está permitido a los fieles tomar por sí mismos el pan consagrado ni el cáliz sagrado, ni mucho menos pasarlo de mano en mano entre ellos. Los fieles comulgan estando de rodillas o de pie, según lo haya determinado la Conferencia de Obispos. Cuando comulgan estando de pie, se recomienda que antes de recibir el Sacramento, hagan la debida reverencia, la cual debe ser determinada por las mismas normas" (IGMR 160).

    Y la Instrucción Redemptionis Sacramentum es clara:

    "Cualquier bautizado católico, a quien el derecho no se lo prohiba, debe ser admitido a la sagrada Comunión. Así pues, no es lícito negar la sagrada Comunión a un fiel, por ejemplo, sólo por el hecho de querer recibir la Eucaristía arrodillado o de pie" (n. 90).

    Es un abuso negar la comunión a quien se pone de rodillas.

    Lo demás que me pregunta es mi opinión personal, y esa me la reservo, así como mis gustos: aquí sólo y exclusivamente doctrina de la Iglesia, que para eso es catequesis. Gusten más las cosas o gusten menos, pero para que todos vayamos a una con la Iglesia.

    ResponderEliminar
  19. D. Javier, leo habitualmente las lecturas de la Misa por petición de mi párroco. No tengo condiciones para cantar bien, pero, sin vanidad por mi parte, la lectura no la hago mal aunque siempre me sobrecoge la belleza de la Sagrada Escritura. He leído un escrito de un sacerdote sobre las actitudes del lector; indica que el lector tiene que levantar la vista de la lectura y dirigirla al resto de los fieles a lo largo a la misma así como en la proclamación final. Al margen de los "tiquis miquis" y "recelos" que supongo suceden en todas las parroquias y de mi interés por no significarme que me hace bajar la cabeza, lo importante en ese momento para mí no soy yo sino la Palabra que se proclama. Tampoco miro al lector cuando no soy yo, me recojo lo más que puedo, escucho y respondo a la proclamación. ¿Cree que hago mal?

    Gracias por su blog

    ResponderEliminar
  20. LUPERCIO:

    Gracias, la comunidad ésta, tan virtual, la vamos edificando entre todos. Reconozco que estoy satisfecho con el trabajo aunque el trabajo formativo en la red aún lo consideran algunos un "entretenimiento", una "pérdida de tiempo", y me machacan un poco.

    Respondamos, que eso se trata.

    He consultado rúbricas a sus preguntas para responder correctamente. Creía, estaba seguro, que algo decían. Mi sorpresa es que nada dicen, salvo que algún colega liturgista pueda iluminarnos.

    Los fieles en la procesión de entrada: si no dan la espalda al altar, lo lógico sería girarse un tanto al pasillo central o via sacra.

    El uso de bendecir a los fieles es exclusivamente episcopal, nunca presbiteral. Pero en el actual Ceremonial de Obispos no indica (!!) que el Obispo bendiga en la procesión de entrada o salga bendiciendo por la nave de los fieles. No tengo a mano el Pontifical romano de 1962, pero creo recordar que el Obispo prolonga la bendición final de la Misa, bendiciendo a los fieles mientras se retira a la sacristía.

    ResponderEliminar
  21. Gosspi:

    ahora mismo la Introducción General del Misal romano dice:

    "134. Ya en el ambón, el sacerdote abre el libro y, con las manos juntas, dice: El Señor esté con vosotros; y el pueblo responde: Y con tu espíritu; y en seguida: Lectura del Santo Evangelio, signando con el pulgar el libro y a sí mismo en la frente, en la boca y en el pecho, lo cual hacen también todos los demás. El pueblo aclama diciendo: Gloria a Ti, Señor."

    Así pues, todos hacen la señal de la cruz en la frente, labios y pecho. El significado del gesto es añadido a lo ritual; más que exorcismo: el Señor con su Palabra ilumine la mente, la proclamen los labios, la guarde el corazón.

    ResponderEliminar
  22. Lo que se aprende leyendo estos pequeños detalles, que no por ser pequeños dejan de tener su belleza e importancia. Regracias D. Javier. Que Dios le bendiga a usted y a todos :)

    ResponderEliminar
  23. Quaerens:

    Es Vd. realmente insistente, demasiado quizás. Al menos el tono es educado hoy.

    a)Sobre el Credo, la rúbrica señala: "Para utilidad de los fieles, en lugar del símbolo niceno-constantinopolitano, la profesión de fe se puede hacer, especialmente en el tiempo de Cuaresma y en la Cincuentena pascual con el siguiente símbolo llamado "de los apóstoles"".

    Como era el símbolo de la catequesis, de la traditio y reditio, de la profesión de fe bautismal, la Iglesia lo recupera para el uso litúrgico.

    b)No me atrevería tan alegremente a decir que el Padrenuestro es sólo y exclusivamente del sacerdote por actuar "in persona Christi", porque no era ese el uso antiguo. Parece más de todos los fieles, bautizados e hijos por adopción.

    Lo que no se puede hacer bajo ningún concepto, y es absolutamente reprobable, es cambiarlo por un canto que se "inspire" en el Pater noster, o cantos que son embolismos y glosas para luego recitar en medio el Padrenuestro.

    c) El canon romano no tiene días asignados. Siempre se ha recomendado para los días solemnes. Personalmente, aconsejo su uso todos los días del ciclo de Navidad (desde la vespertina del 24 de diciembre al bautismo del Señor) y los cincuenta días de Pascua enteros (desde la Vigilia pascual al día de Pentecostés).

    d) Sí, el introito es el canto de entrada. Y los cantos de entrada deben inspirarse en la antífona del Introito del Misal.

    ResponderEliminar
  24. Quaerens:

    ¡Se me olvidaba!

    e) Las partes musicalizadas de la plegaria eucarística están para ser cantadas.

    Destaca de manera especial el canto del Prefacio ("Levantemos el corazón..." hasta "Por eso con los ángeles y arcángeles"). Debe ser lo habitual -y yo lo hago- los domingos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua y cualquier solemnidad e incluso algunas fiestas.

    Resulta una pobreza litúrgica que los textos del Propio de la Misa siempre se recen para no "alargar" la Misa y sin embargo se alargan absurdamente otros momentos (ofrendas, paz...).

    ResponderEliminar
  25. Julia María:

    En lo que me pregunta no hay "normas litúrgicas". Con lo cual sólo puedo reflejar mi opinión y como tal debe ser recibida.

    Hay que mirar a los fieles al enunciar "Lectura del libro de..." y con la aclamación "Palabra de Dios".

    Personalmente me agrada que el lector mire a los fieles cuando lee porque suele reforzar la comunicación.

    Y cuando uno es oyente de la Palabra, mire al lector o cierre los ojos. Lo que mas le ayude a escuchar con amor y atención.

    Gracias por intervenir y por estar; que no sea su última aparición por aquí.

    ResponderEliminar
  26. Miserere y demás amigos:

    Creo que he respondido todas las cuestiones. Veo que estos pequeños detalles os interesan. Sólo queda hacerlos bien tal como hoy estamos aprendiendo o recordando.

    Si me permitís, dejo los comentarios que vengan para mañana.

    Voy a cenar, ver la tela y leer mientras un libro genial "Evangelizar" de Don Fernando Sebastián. De él -no sé cuando- van a venir aquí muchas catequesis porque es un libro de solera.

    Bon soir.

    ResponderEliminar
  27. P.D. Estaba pensando que, para no perder tanta catequesis en los comentarios, los reuniré todos en una nueva catequesis, como post.

    ResponderEliminar
  28. Felicitas:

    Cuando le respondía ayer, citando la edición italiana del Misal donde dice que los fieles pueden extender las manos en el Padrenuestro (no la edición española, ojo), recordaba haber leído una monición sacerdotal en que invitaba a los fieles a hacerlo.

    y... ¡eureka! Está en el Misal de rito ambrosiano. Me he acordado dónde estaba, y la hallé:

    "Elevando le mani verso il Padre che è nei cieli e lasciandoci guidare dallo Spirito Santo che prega in noi e per noi, diciamo insieme la preghiera che Gesù stesso ci ha insegnato",

    es decir,

    "elevando las manos hacia el Padre que está en los cielos y dejándonos guiar por el Espíritu Santo que ora en nosotros y por nosotros, digamos juntos la oración que Jesús mismo nos enseñó".

    ResponderEliminar
  29. ¡Oleee!!!! ¡Qué bonito! Muchísimas gracias, Don Javier. ¡No sabe la alegría que me ha dado!
    Me lo copio, para mi información.
    Dios le bendiga y la Virgen lo guarde.
    ;O)

    ResponderEliminar
  30. Muchas gracias, como siempre, por el artículo. También los comentarios y las respuestas a los mismos me han sido de gran utilidad. Rezo por todos los que pasáis por aquí.
    Un saludo ;)

    ResponderEliminar