domingo, 27 de marzo de 2011

El pecado de envidia (II)

Seguimos con el artículo sobre la envidia:

"La envidia es considerada por Tomás de Aquino como una de las raíces del odio.


Envidia, etimológicamente, viene del verbo latino videre, que indica la acción de ver por los ojos, y de la partícula in; de modo que invidere significa mirar con malos ojos -no ver. De este modo se erige la envidia en raíz o madre del odio a la persona: invidia est mater odii, primo ad proximum, decía Santo Tomás.

Podría decirse, pues, que la pupila del envidioso descarga sobrelo que mira una sustancia invisible, semejante al veneno de la serpiente. Cuenta Plutarco que Eutélidas tenía tanto poder negativo en sus pupilas que podía dañarse a sí mismo con sólo mirarse al espejo. Ese poder fue llamado por los latinos fascinum (de ahí nuestra palabra fascinación), que en castellano también se llama mal de ojo. Cuando el "aojador" encuentra una cosa viva y hermosa, buena, elevada, lanza contra ella la luz envenenada de sus pupilas y la hace languidecer paulatinamente, o incluso la mata. El mal surgido del fascinador es provocado o inducido por las "cualidades" de otros hombres, estimadas como negativas: ¿pero qué cualidades son estimadas aquí como "negativas" y provocadoras de la reacción maléfica de la "fascinación"? ¿Las buenas o las malas? Aunque parezca mentira, normalmente son las buenas.

Lo negativo y provocador son las cualidades del otro

 Una persona inteligente, capacitada o con cualidades físicas, psíquicas y sociales, que tantas veces hacen de ella una persona simplemente normal, luchadora, trabajadora es el provocador, el inductor que atrae el rechazo del envidioso.



Salta a la vista que el envidioso está atormentado en su interior por ese sentimiento de odio especial, provocado por la envidia, la cual no es otra cosa que la tristeza o el pesar del bien y de la felicidad del otro. El mundo antiguo conocía muchos caracteres de la envidia como pasión íntima. Entre los griegos es representada como una mujer con la cabeza erizada de serpientes y la mirada torcida y sombría. Su extraña mirada, junto con su aire cetrino, verdoso, tienen una explicación fisiológica normal, pues en el acto de envidiar sufre el hombre una acción cardiovascular constrictiva, la cual produce lesiones viscerales microscópicas, dificulta la irrigación sanguínea y la asimilación normal. La cabeza coronada de serpientes era símbolo de las perversas ideas; en cada mano llevaba un reptil: uno que inoculaba el veneno a la gente; otro que se mordía la cola, simbolizando con ello el daño que el envidioso se hace a sí mismo"

(Mª Mercedes Cerezo, La carcoma de la envidia, Liturgia y espiritualidad 2010/10, pp. 531-532).

9 comentarios:

  1. Creo que es uno de los pecados más feos que existen.
    Aunque sean pecados capitales diferentes, ¿está relacionado de algún modo con la soberbia?

    Feliz domingo de Cuaresma para todos.

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  2. Su extraña mirada, junto con su aire cetrino, verdoso, tienen una explicación fisiológica normal, pues en el acto de envidiar sufre el hombre una acción cardiovascular constrictiva, la cual produce lesiones viscerales microscópicas, dificulta la irrigación sanguínea...

    Ahora se explica uno eso de "estar verde de envidia" (:-)

    Hablando más seriamente, lo que sí es muy cierto probablemente es que nuestros pecados también repercuten de alguna manera en nuestra salud física.
    Si Dios no quiere el pecado para nosotros es porque nos perjudica en todo. También en la salud.
    No por casualidad Jesús asociaba los milagros de curación fisica y el perdón de los pecados. El sanaba al hombre íntegramente.
    Se ve de forma muy evidente en los casos de alcholismo, drogas, ludopatía, etc, que acaban destruyendo a la persona. Pero seguramente hay otros muchos casos aunque no sean tan evidentes.

    Después de algunos días sin aparecer por aquí, envio un cordial saludo para don Javier y para todos. Feliz domingo.

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  3. Me han llamado la atención los efectos psicosomáticos e incluso ser diría los de tinte paranormal asociados al mal de ojo, que se mencionan en el post de hoy. Imagino que especialistas en el tema podrían ampliarnos esta información.
    Gracias, Don Javier. La envidia: un pecado retorcido y con veneno mortal.
    Feliz domingo a todos.
    ;O)

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  4. Creo que todos en algún momento de nuestra vida hemos pasado por pecar de envidiosos. Tal vez cuando en nuestros ideales el acumular posesiones o el querer tener poder, nos hizo "verdes de envidia". He podido notar como a medida que las personas van creciendo espiritualmente, ese tormento que se estaciona en el interior al querer el bien que otro a obtenido va cediendo por una paz,alegría y regocijo por la felicidad del otro.
    Me ha encantado esta entrada Padre Javier. Bendición.

    PD: es una costumbre venezolana pedir la bendición a un sacerdote, los padres, abuelos, tíos, etc. Lo hacemos adultos, jóvenes y niños, como saludo y despedida. Yo incluso juntos mis manos al frente si es un sacerdote.
    La persona responde: Dios te bendiga.
    Padre Javier, no me ha dado la bendición, ni una sola vez : )
    Nos vemos en la Comunión.

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  5. La envidia nos hace parecer demonios que desean mal para quien evidencia el bien. Menudos espejos de maldad somos en esos momentos. Dios nos guarde de este tipo de tentaciones.

    Que Dios les bendiga .Feliz domingo :)

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  6. Bueno, amigos, acaba el domingo.

    A mí me sorprendió los efecto somáticos de la envidia... y luego me acordé de aquello que se dice: "verde de envidia". O sea, que es real.

    Quiero únicamente destacar un rasgo, y no puedo explicarlo más, y es que es importante identificar la envidia y los sujetos que nos pisan por envidia. Hay que discernir. Recuerdo que el envidioso le da la vuelta y suele decir: "eres tú el que me tienes envidia a mí, los celos te comen..." y uno se queda boquiabierto viendo ese mecanismo de proyección.

    Disculpadme, pero más claro no puedo hablar.

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  7. María Auxiliadora:

    Ya acordamos con Capuchino de silos que por las noches (en horario español) normalmente mis últimso comentarios suelen ir con el signo "+" dando la bendición. Cuando lo vea, siéntase incluida, claro que sí, como todos los miembros del lector.

    Un abrazo. +

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  8. Hola don Javier. Hay miradas que desvelan muchos pensamientos y sentimientos del corazón humano. Con el pecado de envidia considero muy importante procurar no despertar en los demás ni avivar procurando referir toda cualidad a Dios y la participación de todos en los logros.Un abrazo.

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  9. NIP:

    Un poco tarde, pero le respondo, o gloso sus palabras.

    Ciertamente a veces se puede provocar la envidia de los demás alardeando de los propios logros en lugar de referirlo todo a Dios. Pero la envidia tal cual, la que aquí estamos viendo, no es fruto de una constante humillación que provoque una reacción (que en todo caso sería de ira).

    Es la del envidioso, mediocre, que le molesta si alguien con sencillez destaca por algo, hace algo bien, posee unas determinadas cualidades. Como es mezquino, su simple presencia le provoca la envidia porque ve y siente cómo esta persona que deslumbra sin proponérselo deja en evidencia su mediocridad (o, peor aún, su mezquindad).

    La envidia no es provocada por un factor externo, sino interno del propio envidioso. Envidia al sol porque alumbre y brille, ¿pero acaso el sol se puede entenebrecer para que el otro no envidie?

    Palabra de honor: la envidia no necesita una provocación -digamos así- para nacer; está agazapada en el corazón del mediocre y salta sola para devorar.

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