martes, 15 de marzo de 2011

Aprender a pensar (Ejercicios I)

La Cuaresma renueva a los hijos de la Iglesia para llegar a la Vigilia pascual cambiados, purificados, fortalecidos y renovar la gracia del Bautismo. Es la Cuaresma un gran ejercicio espiritual, un tiempo de entrenamiento del espíritu.

Aquí vamos a ofrecer a lo largo de la Cuaresma una serie de meditaciones, a modo de Ejercicios espirituales virtuales, tomando pie del Cántico Espiritual de san Juan de la Cruz. No se trata de leer pausadamente el artículo, sino de tomarlo como referencia para un trabajo interior durante varios días, hasta el siguiente Ejercicio. En este caso, lo importante no es aprender contenido formativo, sino una dinámica de trabajo personal constante.

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Y para que esta sedienta alma venga a hallar a su Esposo y unirse con él por unión de amor en esta vida, según puede, y entretenga su sed con esta gota que de él se puede gustar en esta vida, bueno será, pues lo pide a su Esposo, tomando la mano por él, le respondamos mostrándole el lugar más cierto donde está escondido, para que allí lo halle a lo cierto con la perfección y sabor que puede en esta vida y así no comience a vaguear en vano tras las pisadas de las compañías.
Para lo cual es de notar que el Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma; por tanto, el alma que le ha de hallar conviénele salir de todas las cosas según la afección y voluntad y entrarse en sumo recogimiento dentro de sí misma, siéndole todas las cosas como si no fuesen... Está, pues, Dios en el alma escondido, y ahí le ha de buscar con amor el buen contemplativo, diciendo: ¿Adónde te escondiste? (S. Juan de la Cruz, CB 1,6).

“Le ha de buscar con amor”. En la vida cristiana hemos de hallar y buscar a Dios en todas las cosas, en lo cotidiano de lo que somos y vivimos. Dios nos rodea con amor, en Él “vivimos, nos movemos y existimos”, con lo que sólo hace falta una mirada de amor para buscarle y hallarle: “¿Adónde te escondiste, Amado...?” Dios es lo más concreto y real que puede existir en nuestra vida... y si no le vemos ni le hallamos es que no hemos buscado bien, o no hemos buscado en el sitio correcto, o no lo hemos hecho con suficiente amor.

    Se le busca con amor cuando se reconoce que nuestra vida es un Don y que Él es lo mejor que en nuestra vida hay, lo más precioso, lo más verdadero y lo más necesario. No es un añadido para unos ratos de piedad o para unas determinadas prácticas litúrgicas a la semana, sino el aire que respiramos, aquello precioso que nos envuelve. ¡Y sin embargo las realidades cotidianas nos distraen de su búsqueda! Vivimos volcados en lo exterior, las preocupaciones y afanes de la vida nos ocupan tanto que olvidamos lo único y necesario, provocando en nosotros dispersión, rompiendo la unidad interior, sintiéndonos excesivamente cansados y distraídos, solicitados por mil cosas que nos reclaman.



    Para encontrar al Amado, a quien se busca, es necesario el recogimiento. Y el primer ingrediente de este recogimiento es el “aprender a pensar” o “pensar bien”. Sólo una inteligencia abierta y limpia puede llegar al Amado y evitar así algunos graves defectos:

  
 a) La improvisación: trata de responder a las cuestiones que se van presentando, calificándolo todo de urgente, sin orden ni concierto, sin reflexionar en las causas y sin verificar las consecuencias de la decisión. La improvisación impide el razonamiento y el amor porque le falta serenidad y, en el fondo, le falta libertad. El orden es necesario en todo, también para encontrar al Amado. La improvisación es precipitación en el razonar, en el decidir y en el actuar.  Quien improvisa no llega Dios, lo inmediato le absorbe.

    b) Igualmente, los prejuicios. Éstas son unas lentes que distorsionan la realidad y la presentan deformada. Los prejuicios son distorsiones que hemos admitido sin analizar su verdad, y a partir de ellos, juzgamos todas las cosas. Partimos de unos presupuestos falsos y por tanto no podemos llegar a nada verdadero. No podemos hallar a Dios –un razonar verdadero- si en todo vivimos según pre-juicios, ideas preconcebidas a las que queremos ajustar el mundo, la realidad y los otros en lugar de adecuar nuestro pensamiento a la realidad. Estos prejuicios, muchas veces, no han sido analizados, sino que los hemos asumido sin discernimiento alguno: dividimos sin más entre buenos y malos, no vemos la variedad de matices, intenciones y circunstancias para valorarlas, los favoritismos introducen distorsión...

    c) La falta de lógica en el razonar. La falta de lógica introduce rupturas: no seguimos el orden de causas sino que introducimos una alteración inexplicable; impedimos el desarrollo y la evolución normal de las cosas, de los elementos y de las personas, introduciendo elementos extraños de pronto que rompen una línea recta. Lo ilógico e irracional no es de Dios, ni viene de Dios, sino del Maligno, que es absolutamente ilógico e irracional. Dios no actúa contra la razón porque sería ir contra su propia naturaleza: El, que es Logos, Verdad y Orden, Sabiduría Increada. En ocasiones una mentira, o una verdad incompleta o mal presentada, tuerce el desarrollo del pensamiento cayendo en el error o en una decisión equivocada o injusta; equívocos, tergiversaciones, malas interpretaciones sobre algo o alguien, circunstancias inexplicables que se acumulan como una madeja que no hay quien puede desenredar, conducen, inequívocamente, a un pensamiento erróneo, falso. Ahí... tampoco se llega al Amado escondido.
  
Para llegar al Amado, que está escondido en lo interior de uno mismo, lo primero es saber pensar, pensar bien, desarrollar el pensamiento que busca la Verdad.
    Y este pensar bien desemboca en la oración, en la conversación con el Amado. ¿Cómo? Mediante el recogimiento: “entrar en sumo recogimiento dentro de sí misma [el alma]”. Es todo lo contrario a la improvisación y a la falta de lógica. El recogimiento es unidad en lo interior, quietud para saber pensar, meditar, reflexionar y orar.

    ¿Pensar y rezar? Sí, porque corresponde a la razón y la fe, que son las dos alas para contemplar la Verdad, las dos necesarias.


* ¿Cómo es mi pensamiento?
* ¿Dedico tiempo al pensamiento, a reflexionar, a analizar, a discernir?
* ¿Mi pensamiento se deja llevar por la improvisación sin razonar las cosas?
* ¿Mi pensamiento se deja guiar con prejuicios en lugar de abrirme a la realidad?
* ¿Mi pensamiento es lógico, o voy realizando cosas en sentido a veces contradictorio?
* ¿Mi pensamiento es sereno, envuelto en recogimiento, para así desembocar en Dios?
* ¿Me dejo influir por pensamientos que distorsionan la realidad o que distorsionan mi mirada sobre la realidad?
* ¿Puedo decir en verdad que "pienso las cosas"? ¿Pienso antes de hablar o hablo sin pensar y por tanto con falta de prudencia, caridad, delicadeza y verdad?

15 comentarios:

  1. Esta entrada es colosal!! Para mi es Providencial porque he estado tan perdida en la improvisación, los prejuicios, me he dejado llevar por el Maligno y me ha llevado a desbarrar mucho...Llevo dos años y medio dejandome llevar por El y no sabe la Paz que me dá ver que pienso mas sosegadamente, los prejuicios se diluyen y el recogimiento en la Oracion aumenta.....Este es un ejercicio magnifico para prepararse en este Tiempo tan favorable de Cuaresma. Mil Gracias. Quiero hacer Pascua con el Señor y este año me lo ha prometido....estoy muy contenta.

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  2. Una entrada genial. Le felicito. Mucho ánimo a seguir escribiendo verdades sobre la Verdad. Y ciertamente que en el bien pensar se halla la salvación de muchos males. Pero no se nos puede olvidar pedir esta Gracia en la oración pues de otra forma en vano nos cansaríamos; la mente humana tienden irrefrenablemente al pecado y por tanto, a la desviación. Sin la Gracia nada haríamos con nuestra voluntad, únicamente. Le encomiendo a la Virgen.

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  3. Estupenda entrada D. Javier. hay mucho en meditar en lo que nos cuenta, sobre todo la necesidad de ser nosotros quienes dominemos nuestra emotividad, razonamiento y acción.

    Sobre lo prejuicios me atrevo a comentar un par de cosillas. Lo primero es que son igual de peligrosos los positivos (predisposición irracional)como los negativos(rechazo irracional). Pero los prejuicios no tienen porqué ser siempre dañinos, ya que los necesitamos para poder responder con rapidez ante lo desconocido. Dicho esto hay que tener claro que es necesario saber moderarlos, dominarlos y tenerlos en constante revisión en base a nuestra experiencia de la realidad.

    Los prejuicios son como las paredes de una casa. Son útiles porque nos protegen, pero no permitamos que las paredes no tengan ventanas y puestas, ya que habremos creado nuestra propia cárcel psicológica.

    Un saludo a todos. Que Dios le bendiga :)

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  4. Hola don Javier, procuraré dar pasos firmes mediante un desarrollo en el pensamiento que busque siempre el bien, razonando improvisaciones que acontezcan y erradicando prejuicios incrustados, esta semana y jamás, jamás hablaré sin pensar ni en caliente porque no me dejarán pensar, en esos momentos lo mejor es cantar,bueno, es lo que mejor me funciona.Un abrazo.

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  5. "El alma que le ha de hallar conviénele salir de todas las cosas según la afección y voluntad y entrarse en sumo recogimiento dentro de sí misma"

    ¿Somos verdaderamente capaces de vaciarnos de lo que nosotros creemos que debe ser nuestra vida para dejar a Dios hacer por el camino que El verdaderamente quiere?
    Ir a la oración para abrir nuestro corazón y nuestra mente libres de lo que nos interesa, no ir a excusar nuestra postura, ni a justificar lo que nos conviene.
    Los prejuicios solo nos atan, es una venda que no nos deja ver más alla de lo que queremos ver. Los santos nunca fueron entendidos, su lógica era la que personalmente a cada uno Dios le marcó. Así fueron criticados, incomprendidos, tachados por quienes siendo "buenos" tenían preconcebido lo que debía ser el camino a Dios, sin aceptar que los caminos de Dios son personales e irrepetibles.
    Pater, me quedo con el título: "APRENDER A PENSAR".
    Pido por todos, orad por mi.

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  6. En la vida cristiana hemos de hallar y buscar a Dios en todas las cosas, en lo cotidiano de lo que somos y vivimos

    Creo, don Javier, que se refiere a que ante un acontecimiento, para saber lo que el Señor quiere decirnos, para escuchar su voz, hay que evitar la improvisación, los prejuicios y las tergiversaciones, ¿no?. Es que este lenguaje no es el mío. De todas formas, hay hechos que me pasan, que no los entiendo, nada, nada. Pero me han enseñado a creer que son buenos para mí, como dice san Pablo: en todo interviene Dios para bien de los que lo aman. Lo duro es esperar a que el Señor aparezca y crucificar la razón...

    Feliz día a todos.

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  7. En ocasiones la Voluntad de Dios a nosotros pecadores no nos parece lógica, porque nuestro sentido de la lógica es limitado, como todo lo nuestro. Pero no me negará que para una mujer virgen, prometida a su novio, el quedar embarazada sin intervención de varón, sea algo lógico... Tampoco resulta lógico, humanamente hablando que el Hijo de Dios acabe como un delincuente clavado en cruz y tantas otras cosas de la vida de cada uno que, al menos al principio, no logramos comprender. Luego el tiempo nos ayuda a ir entendiendo las Divinas Voluntades.
    Es necesario poner orden en nuestras capacidades , apoyados en la Gracia de Dios, pero un poco de improvisación me parece interesante, dentro de la rutina diaria, para darle un toque nuevo y diferente.
    Bueno, yo lo vivo de esta forma.
    Un saludo cordial a todos.
    ;O)

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  8. "El crecimiento en la fe, es crecimiento en la percepción correcta de toda la realidad"

    - Salvador Canals-

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  9. D. Javier, no sabe el bien que nos puede hacer este tipo de ejercicios espirituales-virtuales.
    Gracias, mil gracias.

    Siga con los místicos, por favor.

    Feliz tarde-noche para todos.

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  10. Agradezco tantos comentarios, distintos, complementarios iluminadores.

    Respondo sólo a algunos puntos.

    Miserere:

    Muy bien por la precisión. Para conocer, la estructura del conocimiento, necesita un andamiaje previo. Certo! Lo malo es un andamiaje oxidado y cerrado cuales muralles inexpugnables, lentes desenfocadas que dan una imagen malformada de la verdad, de la realidad, del otro... Yo insistía en este punto, pero tendría que haber afirmado el primero.

    NIP:

    ¡Muy bueno lo de cantar! Las emociones fuertes (pasiones: ira, temor...) llevan a afirmaciones no pensadas, carentes de verdad en muchos casos -además de ofensivas hacia el otro en tantas ocasiones- Siempre hay que pensar, que para eso Dios nos dotó de inteligencia y razón: ¡¡para usarla!!

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  11. Nugua:

    Muy buen apunte sobre los santos. Éstos seguían una lógica divina, razonable en tantísimos casos, ante la lógica mundana (casi siempre ilógica por carente de verdad).

    Desde Sevilla:

    Ciertas sus palabras... A todos nos pueden venir bien; vd. lo plantea aquí desde la "espiritualidad" y yo me iba más bien al campo del conocimiento (filosofía, teología fundamental), con mi lenguaje, el que tengo muy asumido desde hace años.

    Era la cita que traía Elizabeth: la percepción de la realidad verdadera, tal cual, es signo de fe madura.

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  12. Felicitas:

    ¡vengan los filósofos a ayudarnos hoy!

    No es que la lógica nuestra sea limitada, es que apartándose de la Verdad, es una lógica errónea, un sofisma, en engaño. Y es que la lógica, con su coherencia interna, va unida a la Verdad como un instrumento de análisis.

    Dios usa la lógica porque Él es la verdad; es la lógica ilógica del hombre caído el que no acaba de entender.

    La virginidad de María es lógica: un Padre (Dios) y una Madre (criatura) para que el Hijo fuera Hijo de Dios realmente. Si naciera fruto de una unión conyugal de varón y mujer, no aparecería tan clara su divinidad-filiación divina.

    La cruz para el mundo es ilógica porque no sabe ver, pero tiene coherencia interna, lógica interna: por Adán entró la muerte, por Cristo asumiendo la muerte tenía que venir la vida.

    Incluso la historia de la salvación es una historia de la pedagogía divina, con su lógica, su progreso, sus pasos cualitativos y cuantitativos, adaptados al hombre (como bien lo expresa san Ireneo).

    Lo referido a la improvisación.

    Es verdad que una definición de hombre inteligente es el que sabe responder a los problemas que se le van presentando con soltura; por tanto, debe improvisar soluciones nuevas a problemas nuevos.

    Pero yo ciño siempre la palabra "improvisación" a la persona que sufre un desorden interior tal que es incapaz de ser constante, perseverante, conocer una meta y avanzar seguro hacia ella, sino al que sin orden ni concierto es voluble, cambia de opinión, de objetivos, de horarios, de criterios... porque empieza mil tareas y jamás acaba ninguna: ¡son otros los que tienen que acabarlas y suplir su deficiencia!

    ¡Virtud sin orden, rara virtud!

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  13. Felicitas:

    coincido, ¡¡cómo no!!, en que es buena una cierta dosis de "improvisación", que yo llamaría cierta creatividad. Lo rígido se rompe, lo flexible resiste, y a cada día le basta su afán. En este sentido concreto, ¡claro que cada día es nuevo y no se pueden aplicar reglas estrictas que si no cumplimos nos dejan frustrados! La novedad de la jornada en las manos de Dios, que es muy original por cierto.

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  14. Capuchino de Silos:

    Como este blog es de formación en varios planos, pensé que unos Ejercicios de trabajo espiritual, vía virtual, nos podían servir a todos.

    Me alegra que le gusten. Seguiremos adelante.

    ¡me voy a tomar algo y leer, que estoy ya para que me tiren!!!!!!

    Pax +

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  15. Muchas gracias por las aclaraciones, Don Javier. Dios le guarde.
    ;O)

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