martes, 16 de abril de 2019

Sentencias y pensamientos (VI)


35. ¿Qué encontramos en la oración?
            La unión con el Señor y con la Iglesia;
            La obediencia;
            La pobreza, para no desear nada, sino libertad de espíritu y desprendimiento;
       La virginidad, limpieza de corazón para amar apasionadamente a Cristo y con intensidad y sacrificio a los hombres, nuestros hermanos;
  




        El deseo de Dios, de entregarse, de trabajar, de gozar de lo que el Señor nos ofrece;
       La mortificación y el sacrificio de la propia voluntad, de la curiosidad, de discutir, capaces de hacer sacrificios y penitencia;
        Las distintas virtudes cristianas: primero la fe, la esperanza y la caridad; pero también la paciencia, la humildad, la perseverancia, el silencio, la devoción, etc., etc.


35. Este saber del corazón es un gusto suave de Dios en el alma, un conocer las cosas desde Dios, una intuición ágil y pronta del Espíritu Santo, algo inefable.


 36. ¡Cuánto se aprende de lo vivido por los demás si se les sabe escuchar! Luego, todo se cierne en esa criba que es la oración y la consideración.


37. Vivir a Cristo, vivir de Cristo: ahí se nos da toda sabiduría.



38. ¡Cómo obra el Señor! Cuando hace algo extraordinario, inesperado, ¡se desborda! El estupor se apodera de nosotros, nuestra alabanza apenas se queda en balbuceo, y al final, mejor callar y adorar, estar en silencio y mirar su Corazón.


39. La vida contemplativa es hermosa cuando se apunta a lo esencial; pero es niñería cuando sólo se tiene presente lo contingente y periférico.


40. Quien se acerca al Señor y entra en la intimidad de sus misterios, de su Corazón, queda renovado, impulsado, transfigurado cual nuevo Tabor.



41. Canta la liturgia con devoción, poniendo tu corazón en Él, y Cristo, Médico de los cuerpos y las almas, aliviará tu espíritu por la liturgia.



42. Tu Esposo está vivo, está Resucitado. Vive, oh alma, como esposa de Jesucristo, con pasión, enamorado de él. Tu Esposo que está en medio de nosotros: SAGRARIO, CUSTODIA, y la liturgia, unión con Él en sus misterios

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