Vayamos a
la cuarta pregunta: ¿Cuáles son las aplicaciones prácticas de la devoción al
Corazón de Jesús?
La segunda aplicación espiritual que
luego resulta ser muy práctica y cotidiana es la siguiente: si sabemos que
somos de verdad amados por Dios en el Corazón de Cristo, nada nos puede faltar.
Vivamos, pues, sin sobresaltos, ni agobios, ni angustias: su amor no nos va a
fallar, y su Providencia rige amorosamente nuestras vidas. Esta aplicación,
pues, tiene un nombre: abandono confiado
en el Amor de Dios. ¡¡Él proveerá lo que es mejor para nosotros porque nos
ama!!
Señalemos una tercera aplicación: si
el Amor de Dios es inmenso, y nos lo ha manifestado en Cristo Jesús, “nuestra
paz será hacer su voluntad”. Vivir por
amor la voluntad concreta de Dios, sea la que sea, se exprese de la forma
en que se quiera expresar: vivir y hacer la voluntad de Dios, porque es para
nuestro bien. Porque nos ama, queremos lo que él quiera, amamos lo que Él
desee, no como una imposición externa, sino que, por ese amor, nuestra voluntad
se une a la suya queriendo lo mismo. ¿Qué dice el Corazón de Jesús? “Mi alimento es hacer la voluntad del Padre”
(Jn 4,34).
La última pregunta es más fácil y breve de
responder: ¿Cómo vivir esta devoción? ¿Cuáles son las prácticas de esta
devoción?
1.
La Santa Misa, a ser posible diariamente, y la
frecuencia del Sacramento de la Reconciliación para recibir el amor, el perdón y
la misericordia de Cristo.
2. El Sagrario y la custodia, adorados,
visitados, donde estamos en oración y expresamos nuestro amor, están
íntimamente ligados a la devoción al Corazón de Cristo, porque su Corazón Vivo
es el Sagrario.
3. Rezar las letanías del Corazón de Jesús,
inspiradas todas las invocaciones en textos bíblicos; rezarlas de rodillas y
con amor.
4. Por último, la reparación, el desagravio,
la expiación: ofrecer al Corazón de Cristo nuestro amor, nuestros sacrificios,
nuestras penitencias, nuestra austeridad, por los pecados del mundo, por la
conversión de las almas, por tantos que no lo conocen o lo rechazan en sus
vidas.
¡Corazón de Jesús, Hijo del eterno Padre; Corazón de Jesús,
templo santo de Dios; Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo; Corazón de
Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ten
misericordia de nosotros! Amén.
“un amor apasionado a Dios y un amor de entrega (como la suya) al prójimo”.
ResponderEliminarVerdaderamente hermosas y plenas de enseñanza las dos entradas dedicadas al Corazón de Jesús, y en mí, además, despiertan nostalgias de la infancia.
¡Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría; Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan, ten misericordia de nosotros! Amén
Julia María:
EliminarEstas dos entradas son una homilía predicada durante un quinario al Corazón de Jesús.
En uno de mis destinos pastorales, por pura Providencia, en un Monasterio, prediqué durante 4 años el quinario y daba formación lo más sólida posible en el quinario (Primero, Vísperas cantadas con el Santísimo expuesto, luego me iba al confesionario, después la Misa con predicación).
Así es como predico y enseño.....