viernes, 27 de junio de 2014

Devoción al Corazón de Cristo (y II)



 Vayamos a la cuarta pregunta: ¿Cuáles son las aplicaciones prácticas de la devoción al Corazón de Jesús?


           La primera es la posibilidad de vivir nuestra vocación fundamental: la santidad, que consiste en un amor apasionado a Dios y un amor de entrega al prójimo. “Del Corazón del Redentor, de su costado traspasado nació la Iglesia, que se renueva incesantemente mediante los sacramentos. Procurad alimentaros espiritualmente con la oración y con una intensa vida sacramental; profundizad en el conocimiento personal de Cristo y tended con todas las fuerzas a la santidad, el "alto grado de la vida cristiana"” (Benedicto XVI, Discurso a una peregrinación de la diócesis de Verona, 4-junio-2005).

            La segunda aplicación espiritual que luego resulta ser muy práctica y cotidiana es la siguiente: si sabemos que somos de verdad amados por Dios en el Corazón de Cristo, nada nos puede faltar. Vivamos, pues, sin sobresaltos, ni agobios, ni angustias: su amor no nos va a fallar, y su Providencia rige amorosamente nuestras vidas. Esta aplicación, pues, tiene un nombre: abandono confiado en el Amor de Dios. ¡¡Él proveerá lo que es mejor para nosotros porque nos ama!!

            Señalemos una tercera aplicación: si el Amor de Dios es inmenso, y nos lo ha manifestado en Cristo Jesús, “nuestra paz será hacer su voluntad”. Vivir por amor la voluntad concreta de Dios, sea la que sea, se exprese de la forma en que se quiera expresar: vivir y hacer la voluntad de Dios, porque es para nuestro bien. Porque nos ama, queremos lo que él quiera, amamos lo que Él desee, no como una imposición externa, sino que, por ese amor, nuestra voluntad se une a la suya queriendo lo mismo. ¿Qué dice el Corazón de Jesús? “Mi alimento es hacer la voluntad del Padre” (Jn 4,34).

        La última pregunta es más fácil y breve de responder: ¿Cómo vivir esta devoción? ¿Cuáles son las prácticas de esta devoción?


1.        La Santa Misa, a ser posible diariamente, y la frecuencia del Sacramento de la Reconciliación para recibir el amor, el perdón y la misericordia de Cristo.

2.       El Sagrario y la custodia, adorados, visitados, donde estamos en oración y expresamos nuestro amor, están íntimamente ligados a la devoción al Corazón de Cristo, porque su Corazón Vivo es el Sagrario.

3.       Rezar las letanías del Corazón de Jesús, inspiradas todas las invocaciones en textos bíblicos; rezarlas de rodillas y con amor.

4.       Por último, la reparación, el desagravio, la expiación: ofrecer al Corazón de Cristo nuestro amor, nuestros sacrificios, nuestras penitencias, nuestra austeridad, por los pecados del mundo, por la conversión de las almas, por tantos que no lo conocen o lo rechazan en sus vidas.

¡Corazón de Jesús, Hijo del eterno Padre; Corazón de Jesús, templo santo de Dios; Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo; Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ten misericordia de nosotros! Amén.

2 comentarios:

  1. “un amor apasionado a Dios y un amor de entrega (como la suya) al prójimo”.

    Verdaderamente hermosas y plenas de enseñanza las dos entradas dedicadas al Corazón de Jesús, y en mí, además, despiertan nostalgias de la infancia.

    ¡Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría; Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan, ten misericordia de nosotros! Amén

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    1. Julia María:

      Estas dos entradas son una homilía predicada durante un quinario al Corazón de Jesús.

      En uno de mis destinos pastorales, por pura Providencia, en un Monasterio, prediqué durante 4 años el quinario y daba formación lo más sólida posible en el quinario (Primero, Vísperas cantadas con el Santísimo expuesto, luego me iba al confesionario, después la Misa con predicación).

      Así es como predico y enseño.....

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