lunes, 22 de abril de 2013

El evangelio de Jn en Cuaresma y Pascua (VI)




9. Cristo Pastor y Luz (Jn 10. 12)

            Este nuevo capítulo sacramental de Juan ofrece la presentación de la persona de Jesús como salvador, Hijo de Dios, en esta ocasión con la imagen del buen pastor, que lejos de ser bucólica, casi romántica, enlaza con la imagen de la antigüedad de que el rey, el sacerdote, el juez, era el pastor del pueblo, así como con el lenguaje del AT que presenta a Dios como Pastor de Israel. Es una cristología completa, es la revelación del Señor Jesús como Dios, Señor, Salvador, Pastor, Rey. Además, se ha de entender como su culminación escatológica, es decir, el verdadero y definitivo pastor mesiánico. ¡No hay otro!

            Jesús mismo se presenta explícitamente como pastor “bueno” o “modelo”, lo que equivale a ser pastor verdadero, ya que arriesgó y llegó a entregar voluntariamente su vida por el rebaño. Así se contempla el misterio de la persona de Jesús en relación con los suyos, su rebaño.

            “El capítulo 10 es el último discurso de revelación y de polémica con “los judíos”. Su tema principal lo forman las afirmaciones “yo soy”: “yo soy la puerta” y “yo soy el buen pastor”. Ambas afirmaciones expresan algo definitivo, una cumbre real, a saber: la exclusividad de la revelación y de la mesianidad de Jesús”[1]. Se añade, finalmente, una perícopa del capítulo 12 de san Juan sobre Cristo “Luz del mundo”, omitido cuando se leyó este capítulo en Cuaresma.

         
  
Lunes IV: Jn 10, 1-10, “Yo soy la puerta de las ovejas”.

Martes IV: Jn 10, 22-30, “Yo y el Padre somos uno”.

Miércoles IV: Jn 12, 44-50, “Yo he venido al mundo como luz”.


            La lectura sacramental del capítulo 10 podría permitir la consideración y exposición del Sacerdocio de Jesús –dar la vida voluntariamente por su rebaño- y el ministerio sacerdotal-pastoral de aquellos que participan de su Sacerdocio por el sacramento del Orden, los pastores del pueblo cristiano.

            El texto de Jn 12, en una lectura sacramental, es una ocasión de ver cómo la liturgia, para la vivencia espiritual, ha plasmado a Cristo Luz del mundo en el rito del lucernario de la Vigilia pascual y en el cirio pascual con la experiencia interior de la iluminación que Cristo realiza. “La Luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu”, se dijo en la Vigilia al encender el gran cirio pascual.



[1] BLANK, El Evangelio…, p. 229.

5 comentarios:

  1. Excelente aclaración: “… la imagen del buen pastor, que lejos de ser bucólica, casi romántica…”

    Amén a la lectura sacramental del capítulo 10.

    Juan une la Palabra (el Verbo) a la Luz en el capítulo 1 y en el capítulo 12 de su Evangelio, tal y como se reflexiona en las entradas de este blog, en especial en Navidad: “En el principio era el Verbo… En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”. “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas… El que me rechaza, y no recibe mis palabras… la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero”.

    Creemos que Él es la Luz del mundo y conocemos su voz, creemos sus palabras. Caminamos detrás de la luz del cirio pascual porque caminamos detrás de Jesús, podremos ser así hijos de la luz, no permanecer en tinieblas, ni dejarnos sorprender por ellas.

    En oración ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Julia María:

      Es que a veces se ve un "pasteleo" en torno a la imagen de Jesús, Buen Pastor, que me supera..., un sentimentalismo..., como si una oveja fuera un perrito, un gatito, y Jesús se pone a acariciarla... ¡Puf! Eso es destrozar todo el contenido profético que tiene la imagen del Pastor, y el anuncio escatólógico del Pastor definitivo, y la imagen del Apocalipsis que leíamos el domingo: El Cordero que está en el trono será su pastor y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas.

      La liturgia es riquísima si se entra en su misterio. La solemne sencillez del primer rito de la Vigilia pascual (bendición del fuego, signación del cirio, procesión) revela un contenido hermoso: Cristo es la Luz, caminemos a la luz del Señor.

      Feliz jornada.

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  2. Creo que no tengo una imagen bucólica, ni romántica del Buen Pastor, tengo la profunda convicción de que para mi, no hay otra opción posible, ni otro camino, ni otro guía.
    Sigo rezando. Muchas gracias, Padre. DIOS le bendiga.

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    1. Antonio Sebastián:

      Me remito al comentario anterior. Definirse Cristo como Buen Pastor es atribuirse todo el contenido del AT que se reservaba a Dios, Yahvé, "Pastor de Israel".

      Saludos.

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  3. Padre, muchas gracias por sus saludos. Reflexionaré sobre el comentario anterior.
    Sigo rezando.

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