lunes, 30 de octubre de 2023

Silencio y oración antes de comulgar (Silencio - XXX)



“El sacerdote se prepara para recibir fructuosamente el Cuerpo y la Sangre de Cristo con una oración en secreto. Los fieles hacen lo mismo orando en silencio” (IGMR 84).



            El silencio orante del sacerdote, recitando una plegaria, es momento adecuado para que todos también oren en silencio preparándose al gran don de la comunión sacramental eucarística.


            “Hay dos hermosas y profundas oraciones que preceden a la recepción de la comunión [del sacerdote] y entre las que ahora –para evitar un silencio demasiado largo- se debe elegir una. Pero aunque ahora tenga que rezar sólo una de ellas, el sacerdote debería rezarla realmente en un silencio más recogido, como una preparación personal para recibir al Señor, que lleve también a los demás al silencio ante la sagrada presencia, de manera que el camino para recibir la comunión no se quede en mera exterioridad. Esto es más necesario porque en la ordenación actual el saludo de la paz origina con frecuencia gran alboroto en la asamblea, que choca de forma excesivamente brusca con la invitación a contemplar al Cordero de Dios. Si en un instante de silencio todos dirigen verdaderamente los ojos del corazón al Cordero, este momento puede convertirse en un tiempo bendito de silencio”[1].





[1] RATZINGER, El espíritu de la liturgia, 123.

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