sábado, 20 de septiembre de 2014

El rito de la paz en la Misa romana (II)

La Carta de la Congregación, con fecha 8 de junio de 2014, tras recordar lo significativo de este rito en el contexto eucarístico, continúa citando la exhortación Sacramentum caritatis de Benedicto XVI:


3. En la Exhortación Apostólica post-sinodal Sacramentum caritatis el Papa Benedicto XVI había confiado a esta Congregación la tarea de considerar la problemática referente al signo de la paz [6], con el fin de salvaguardar el valor sagrado de la celebración eucarística y el sentido del misterio en el momento de la Comunión sacramental: «La Eucaristía es por su naturaleza sacramento de paz. Esta dimensión del Misterio eucarístico se expresa en la celebración litúrgica de manera específica con el rito de la paz. Se trata indudablemente de un signo de gran valor (cf. Jn 14,27). En nuestro tiempo, tan lleno de conflictos, este gesto adquiere, también desde el punto de vista de la sensibilidad común, un relieve especial, ya que la Iglesia siente cada vez más como tarea propia pedir a Dios el don de la paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana. [...] Por ello se comprende la intensidad con que se vive frecuentemente el rito de la paz en la celebración litúrgica. A este propósito, sin embargo, durante el Sínodo de los Obispos se ha visto la conveniencia de moderar este gesto, que puede adquirir expresiones exageradas, provocando cierta confusión en la asamblea precisamente antes de la Comunión. Sería bueno recordar que el alto valor del gesto no queda mermado por la sobriedad necesaria para mantener un clima adecuado a la celebración, limitando por ejemplo el intercambio de la paz a los más cercanos» [7].




4. El Papa Benedicto XVI, además de destacar el verdadero sentido del rito y del signo de la paz, ponía en evidencia su gran valor como aportación de los cristianos, para colmar, mediante su oración y testimonio, las angustias más profundas e inquietantes de la humanidad contemporánea. Por esta razón, renovaba su invitación a cuidar este rito y a llevar a cabo este signo litúrgico con sentido religioso y sobriedad.

5. El Dicasterio, en base a las disposiciones del Papa Benedicto XVI, se dirigió a las Conferencias de los Obispos en mayo de 2008 pidiendo su parecer sobre si mantener el signo de la paz antes de la Comunión, donde se encuentra ahora, o si cambiarlo a otro momento, con el fin de mejorar la comprensión y el desarrollo de tal gesto. Tras una profunda reflexión, se ha visto conveniente conservar en la liturgia romana el rito de la paz en su puesto tradicional y no introducir cambios estructurales en el Misal Romano. Se ofrecen a continuación algunas disposiciones prácticas para expresar mejor el contenido del signo de la paz y para moderar los excesos, que suscitan confusión en la asamblea litúrgica justo antes de la Comunión.

Visto el sentido, hermoso, hondo, de situar la paz dentro de los ritos de preparación inmediata a la sagrada comunión, hay que cortar los excesos y abusos.

Un rito que es espiritualmente significativo se ha ido convirtiendo en algo parecido a "un recreo" durante la Misa, saludando todos a todos, moviéndose, haciéndose interminable, y en ocasiones, abandonando el sacerdote u obispo el mismo altar para dar la paz indiscriminadamente.

Ni ése es el sentido ni ésa es la costumbre romana de nuestra liturgia, siempre sobria y elegante.

El rito de la paz expresa la comunión fraterna entre los miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, antes de recibir su Cuerpo en el Sacramento.

No es, desde luego, momento de saludarse y charlar, ni de dar el pésame en un funeral o entierro, ni de felicitar a los novios recién desposados...

Es otro el sentido; y por ello, ha de ser otro el modo real de dar autenticidad a ese rito, despojándolo de todo lo que se le ha revestido últimamente y que desdice del decoro y del orden en la liturgia.

2 comentarios:

  1. Roma locuta, causa finita, en cuanto a la ubicación del signo.

    "A lo más cercanos" es una frase que sufre de indeterminación ¿Son los 9 fieles x 3 bancos= 27 fieles a los que me refería en el comentario a una de las últimas entradas cuando le pedía que "se pusiera en mis zapatos".

    No me acuerdo, ahora, dónde he leído que debe ser al de la derecha y al de la izquierda, pero me parece lo adecuado para evitar el revuelo: "el recreo".

    Un extremo que para mí es muy importante y no logro entender después de la lectura de la Carta de la Congregación. Yo creo, quizá estoy equivocada, que la paz que nos deseamos unos a otros es esa paz que Jesús da a sus discípulos y no otra, pero de la Carta parece desprenderse, o yo leo mal y entiendo peor, otra consideración.

    "desde el punto de vista de la sensibilidad común, un relieve especial, ya que la Iglesia siente cada vez más como tarea propia pedir a Dios el don de la paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana. [...] Por ello se comprende la intensidad con que se vive frecuentemente el rito de la paz en la celebración litúrgica". Yo no lo vivo así porque el don de la paz para mí es Jesús de Nazaret. Cualquier otra paz termina resultando, a las pruebas históricas incluso recientes me remito, paz falsa, paz de papel o paz injusta porque la paz no es la ausencia de conflictos, es muchísimo más.

    Si alguna vez tiene tiempo y le apetece, me gustaría que nos explicara que quiere decir la Carta cuando se expresa así: "La Eucaristía es por su naturaleza sacramento de paz".

    Ya ve, hoy estoy preguntona, pedigüeña y agotadísima.

    Nos has comprado, Señor, con tu sangre (de las preces de Laudes).

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    1. Julia María:

      ¿A derecha e izquierda? A mí me suena esa expresión a mí mismo... que la repito hasta la saciedad como forma gráfica de explicar cómo intercambiar el signo de paz. Como rúbrica, no creo que esté tal cual.

      No sería de extrañar que la haya retenido de haberla visto en este blog.

      ¿Eucaristía sacramento de paz?

      Se me ocurren, a vuelapluma, algunas explicaciones:

      * Es paz porque es sacrificio de la reconciliación de Dios con el hombre

      * Es paz porque Cristo, realmente presente, es nuestra paz -como señala s. Pablo en la carta a los Efesios-

      * Es paz porque el sacrificio eucarístico es sacramento de comunión y no de división y desorden...

      Tal vez por ahí vayan los tiros.

      (Le mandé un email personal...)

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