Recibir una gracia
Los dones de Dios y su bendición se
reciben de rodillas. La transmisión de la gracia mediante las grandes plegarias
se recibe de rodillas. Somos pequeños ante el gran Don que Dios nos da.
Así, en el sacramento del
Matrimonio, la solemne plegaria de bendición nupcial es pronunciada sobre los
esposos con imposición de manos estando éstos de rodillas (RM 81).
En el sacramento del Orden, el
ordenado recibe la imposición de manos del obispo estando arrodillado ante él
(CE 509; 531; 582). Después, durante la plegaria de Ordenación, también
permanecerá de rodillas (CE 510; 533).
En los ritos de la profesión
religiosa, el nuevo profeso emite la fórmula de profesión normalmente de
rodillas delante del celebrante o del superior. Arrodillado después, recibirá
la plegaria de bendición sobre el nuevo profeso (CE 762).
También en la consagración de
vírgenes, éstas emitirán su voto de rodillas y el Obispo luego rezará la
solemne plegaria de consagración estando las vírgenes de rodillas (CE 733).
Así, de rodillas, reciben la
plegaria de bendición los nuevos lectores y los nuevos acólitos al ser
instituidos en este ministerio estable (CE 800; 815).
Tradicionalmente –aunque ninguna
rúbrica lo indique ahora de forma expresa- aquellos que son crismados en la
Confirmación recibían este Sacramento de rodillas. Se sobreentiende que se
arrodillarán puesto que se prescribe que el obispo se sienta para crismar (CE
465) y sólo podrá crismar sentado si el confirmando se arrodilla delante de él.
De rodillas, ante el Obispo, se
reciben las entregas en los distintos ritos litúrgicos.
Los dones de Dios se acogen y se
reciben humildemente: de rodillas ante el Misterio de su elección y de su
gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario