jueves, 20 de junio de 2013

Himno a la Iglesia

En un libro encontré algunos himnos a la Iglesia, o alabanzas breves, pero sólo dicen el autor sin indicar en qué obra. Aún así, para una catequesis, creo que es suficiente.

Y es que el objetivo no es otro que amar la Iglesia, amarla como hijos, entender su Misterio y gozar de nuestra pertenencia a ella, cuando la norma común es hoy cierta indiferencia, y sobre todo una crítica constante desde dentro mismo de la Iglesia pensando que es la Iglesia la que se tiene que adaptar a la postmodernidad, cambiando la doctrina y remozando sus instituciones y formas plagiando las formas "(pseudo) democráticas" de la sociedad.


Amemos a la Iglesia y descubramos su Misterio.

"He aquí la mujer, madre de todos los vivientes.
He aquí la casa espiritual.
He aquí la ciudad que permanece eternamente
porque se ha librado de la muerte" (S. Ambrosio).



"Disponiendo
plasmando,
tú nos formas como un artista,
con belleza variopinta...

tú robusteces la vida humana que es como un vaso de arcilla" (Gottschalk de Limburgo).




"Ella engendra en el Espíritu los hijos para Dios,
amamanta en el Espíritu a los pequeños
con la leche de sus enseñanzas
y educa a los jóvenes en la sabiduría santa
...

Ella da una fuerza vigorosa a los hombres
en su lucha contra Satanás.
Es sabia para las personas que han llegado a la madurez.
Hace venerables todavía a los ancianos fatigados por los años.

...

Ella reprende a los que yerran.
Llora lágrimas amargas por los muertos.
Defiende como pastor a todos sus fieles sin descanso" (Quodvultdeus de Cartago).

"Tú sola eres "hueso de los huesos" de su divinidad fuertemente sólida. Tú eres carne de la carne de su naturaleza humana, en la que Él ocultó su naturaleza divina... Solo tú te has convertido en "auxiliadora" del hombre: de Dios mismo, que es tu auxilio y tu defensa. Pues tú te preocupas de él, enseñas, anuncias, bautizas, conviertes, le procuras todo ya que Él es la luz de los hombres en la oscuridad y en la sombra de muerte.

Tú engendras continuamente, alimentas a tus hijos con el pan, les das de beber el cáliz. Tú floreces siempre de nuevo, das fruto, pones el verde fresco en las ramas. Alimentas cada día las filas de tus hijos con los frutos de jardín y de tu viña" (Anastasio Sinaíta).

5 comentarios:

  1. San Ambrosio y demás autores, son geniales. Es maravilloso como dicen tanto con tan pocas palabras. Creo que se debe a que sus palabras encuentran resonancia en nosotros.

    Que Dios le bendiga D. Javier :D

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    1. Néstor:

      Y yo diría que, como son geniales, por eso hoy los seguimos leyendo, porque el tiempo depura la calidad y valía de autores y de escritos, pero los Padres son geniales y permanecen.

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  2. El que más me gusta es el de San Quodvultdeus.

    San Quodvultdeus (“Lo que Dios quiere”), obispo de Cartago, ejemplo de resolución del conflicto entre la fe y el poder político, al no apostatar mediante tortura, fue abandonado en el mar junto con su clero en naves viejas, sin remos ni velas, por el rey vándalo arriano Genserico. Contra toda esperanza, llegaron a Nápoles.

    San Agustín le menciona como coepíscopo, y de él se conservan (que yo conozca) la homilía que se lee en el actual Oficio de Lecturas del día de los Santos Inocentes (“Aún no hablan y ya confiesan a Cristo”) y, en el parecer de estudios modernos, la obra De promissionibus et praedictionibus Dei que se atribuía a Próspero de Aquitania. La Iglesia celebra su santa vida el 19 de febrero.

    En oración ¡Qué Dios les bendiga!

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  3. Concisión, profundidad, belleza y sana doctrina. Todo un ejemplo a seguir. Alabado sea DIOS.
    Muchas gracias, Padre, acercarnos tanto y tan enjundioso. Sigo rezando. DIOS les bendiga.

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  4. ¡Oh, si él me besara con besos de su boca!
    Porque mejores son tus amores que el vino.
    1:3 A más del olor de tus suaves ungüentos,
    Tu nombre es como ungüento derramado;
    Por eso las doncellas te aman.
    1:4 Atráeme; en pos de ti correremos.
    El rey me ha metido en sus cámaras;
    Nos gozaremos y alegraremos en ti;
    Nos acordaremos de tus amores más que del vino;
    Con razón te aman.

    ¿Existe un forma mejor de hablar de la Iglesia y su matrimonio místico con Cristo que “El Cantar de los cantares”?

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