domingo, 30 de octubre de 2011

El protagonismo mata el apostolado

Se impone un discerniminto, dado que este tema es más delicado. ¿Qué considerar como protagonismo? Sería aquella forma de actuar y aquel talante que mueve al sujeto a realizar las diversas tareas pastorales y de apostolado con el único fin de aparecer delante de los demás como bueno y justo, o buscando la gratificación fácil del aplauso y del reconocimiento de los demás.


    Suele ser una tentación clara y evidente: lucirse, figurar, acaparar. Esta tentación induce a buscar tareas y apostolados que lucen y que se realizan a los ojos de todos: difícilmente se sentirá a gusto realizando actividades escondidas y humildes, sean las que sean, sino que se escabullirá o las dejará apartadas. Se molestará y tomará muy mal que se busquen más personas que colaboren porque sentirá que entran en su "territorio". Es persona que suele orar poco, pero siempre está en la sacristía perdiendo el tiempo y disponiendo sobre todo... o sentado en el despacho parroquial acaparando al sacerdote. Va de católico "de toda la vida", pero sólo vive con un barniz muy superficial. Usa el apostolado como plataforma, en cierto modo social, para que se le reconozca de algún modo.
Esta tentación es distinta a la humildad de realizar el apostolado o las tareas pastorales por puro amor de Jesucristo, aunque se realicen delante de los demás, y distinta de la actitud sana del quiere que el ministerio encomendado salga a flote aunque le exija más trabajo y todo lo tenga que realizar él solo.

    El que cede al protagonismo no busca la gloria de Jesucristo, sino su propia gloria; no busca alabar y servir a Dios, sino que lo alaban a él. Y cuando los motivos del querer y del actuar no son rectos, destruye de raíz todo germen bueno que se pudiese contener en aquel “apostolado de lucimiento y vanidad”. "El que se gloríe, que se gloríe en el Señor" (1Cor 1,31).


    El protagonismo provoca reacciones de rechazo en la comunidad cristiana, y provoca rivalidades y envidias. Es una tentación muy peligrosa para una comunidad: crea bandos y partidismos
Por eso, todo aquel que trabaja en favor del Evangelio colaborando con el ministerio pastoral y realizando el apostolado que le es propio, deberá siempre revisar el cómo de su apostolado y deberá purificar constantemente sus motivaciones, purificar el corazón, para no buscarse a sí mismo sino buscar en todo el rostro del Señor. Así se ejercerá todo trabajo por el Evangelio desde la sencillez, la humildad y la alabanza del Señor, y el bien sembrado, la semilla de la Palabra esparcida, dará fruto, que crecerá hasta la vida eterna.

"No hagáis nada por rivalidad o vanagloria; sed, por el contrario, humildes, y considerad a los demás como superiores a vosotros mismos. Que no busque cada uno sus propios intereses, sino el interés de los demás" (Flp 2,3-4).

(N.B. Como sabéis, escribí hace años este retiro o catequesis sobre la humildad; luego lo he distribuido en catequesis en el blog, ya programadas. Casualmente la de hoy está programada sin saberlo en plena consonancia con el evangelio dominical. Espero que os ayude también en la liturgia de este domingo).

9 comentarios:

  1. Muchas gracias D. Javier, todo nos viene especialmente bien y esta entrada nos ayuda y nos advierte que, facilmente, podemos perder la humildad.

    Feliz domingo a todos.

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  2. Buenos días don Javier. Qué importante es darse cuenta que debemos llevar a Jesús y no tenernos en más que el burrito ó el amigo del novio que debe empequeñecerse y mucho porque el Señor de los señores encarnose sin títulos pasando por uno de tantos. Me recuerda esas carreteras por las que vamos y a veces cruzamos grandes ríos por enormes, bellas e ingeniosas estructuras y puentes, todo hecho para mayor gloria de Dios como cada detalle de un capitel o basa de las catedrales de nuestra España. El diablo siempre nos quiere levantar al alero de nuestro templo y si uno se descuida acaba postrado adorándolo en el juego del yo-yo.En cambio, qué hermoso es leer su blog en el que rezuma la sencillez y humildad del autor que trabaja duro por acercarnos a Jesús, como el burrito que sirve para subir a Jerusalén con el Señor en los lomos, sólo Él.Pido por todos los sacerdotes eucarísticos, valientes enamorados de Jesús.Un fuerte abrazo.

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  3. Tentación peligrosa y omnipresente sobre todo en nosotras las mujeres, quizá porque somos mayoría, y contra la que es absolutamente necesario purificar constantemente nuestras intenciones y, también, nuestras autojustificaciones y sensiblerías sentimentaloides. Feliz y santo domingo

    ¡Qué Dios les bendiga!

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  4. Todo "ad maiorem Dei gloriam".
    Muy buena entrada.
    Un saludo para todos.

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  5. Que les puedo decir, si me ha tocado de muy cerca andar con cuidado, por lo que me acaba de ocurrir. De asistir como una sencilla misionera al aceptar una invitación, he pasado a ser entrevistada en la tv, al faltar la pareja que le correspondía. Trato continuamente a medida que pasan los dias que esto no pase a mas, pues han sucedido una gran cantidad de acontecimientos a raíz de esto. Solo repito una y otra vez las palabras de un sacerdote: "Recíbelo con humildad y será gracia tras gracia."
    El celo apostólico que he podido notar en algunos hermanos, coloca una venda en los ojos y atropella a aquellos que difieren en puntos de vista.

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  6. ¿ Cómo queremos pretender ser grandes y vistosos? ¿ Por qué queremos ensalzarnos continuamente y ser el centro de atención? Él se hace pequeño para nosotros en cada Eucaristía, el Verdadero Hombre está en algo tan sencillo como un trozo de pan y se deja comer por nosotros. ¿ no deberíamos nosotros hacernos pequeñitos y dejarnos comer también?

    Que más da que los demás vean o no vean lo que hago en el apostolado, si es por y para Él.

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  7. Caminemos, pero caminemos en humildad para vivir el apostolado y todo servicio en nuestras respectivas comunidades y parroquias.

    El protagonismo lo arruina todo.

    Julia María:

    No estoy de acuerdo con su afirmación; muchos varones buscan también ese protagonismo, basta darles una medalla, un estandarte, una responsabilidad y se desata ese "yo"; se les quita o se les releva, y no aparecen ya para nada.

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  8. Óscar:

    ¿Vos por aquí?

    Gracias.

    Carolina:

    Muy bien traída la Eucaristía y la pequeñez del Señor. Muy bien la frase final: si de verdad el apostolado es por el Señor, y no hay otros motivos turbios, nos dará igual si nos ven o no.

    A todos, feliz jornada.

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  9. María Auxiliadora:

    Muy buen consejo el que le dio ese sacerdote. A veces, cuando si quererlo somos demasiado visibles, hemos de aguantar con humildad el ser visible, recibirlo con humildad y que sea gracia tras gracia. Pero jamás buscar ese protagonismo y evitarlo cuando nuestras responsabilidades nos hacen ser miembros demasiado destacados.

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