La misión del Espíritu Santo es inseparable de Cristo y su Iglesia: en
Ella actúa y se nos da, por lo que no hay oposición entre la Iglesia apostólica de
Cristo y los carismas en la
Iglesia dados por el Espíritu Santo, como si éste actuara al
margen de Cristo; no hay oposición real entre aquello que llaman “Iglesia
oficial” e “Iglesia carismática”.
“No podemos dejar pasar esta ocasión que se nos presenta para rectificar ciertas opiniones que algunos se han formado sobre la acción carismática del Espíritu Santo, como si cada cual pudiera pretender ser favorecido por ella para sustraerse de este modo a la obediencia de la autoridad jerárquica; como si se pudiese apelar a una Iglesia carismática en oposición a una Iglesia institucional y jurídica, o como si los carismas del Espíritu Santo, cuando son auténticos, no fuesen gracias concedidas para utilidad de la comunidad eclesial, para la edificación del Cuerpo Místico de Cristo, o no fuesen concedidas preferentemente a quien tiene en la Iglesia especiales funciones directivas, o no estuviesen sujetas a la autoridad de la Jerarquía” (PABLO VI, Audiencia general, 26-marzo-1969).
“¿A dónde va con frecuencia la gratuita sobrevaloración de las prerrogativas carismáticas, olvidando que ellas, aun siendo auténticas, deben encauzarse al bien de la comunidad, y contraponiéndolas a menudo, a las formas auténticas, institucionales de la Iglesia? ¿A dónde quiere llegar un cierto e indiscriminado pluralismo doctrinal, arbitrario y centrífugo? Y, ¿dónde está el acento de la fraternidad en una habitual y agresiva crítica demoledora de la estima y de la adhesión que se deben a la familia eclesial y a quien presta en ella el servicio pastoral de guía y potestad responsable?” (PABLO VI, Audiencia general, 21-julio-1971).
Y además, procurando
ser exhaustivo, para fijar el pensamiento, Pablo VI alertó de este peligro en
muchas más ocasiones:
“¿No tiene ya nuestra religión una fuerza suya propia para dar testimonio de sí, conservarse, renovarse por el camino tradicional y ordinario? ¿Es que el Espíritu sopla acaso solamente fuera del ámbito habitual de las estructuras canónicas? La Iglesia del Espíritu ¿se ha salido acaso de la Iglesia institucional? ¿Sólo en los llamados grupos espontáneos encontraremos de nuevo los carismas de la espiritualidad cristiana auténtica, primitiva, pentecostal? ...Quien altera la concepción de la Iglesia con la intención de renovar la religión en la sociedad moderna, estropea, por ello mismo, el canal del Espíritu establecido por Cristo, y compromete la religión del pueblo” (PABLO VI, Audiencia general, 21-febrero-1973).